Autoridades sanitarias como la Organización Mundial de la Salud o la Asociación Española de Pediatría recomiendan la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé. Los niños alimentados exclusivamente con leche materna tienen menor riesgo de padecer diarrea, infecciones respiratorias, otitis media y síndrome de muerte súbita.
A largo plazo también poseen menos tendencia a la obesidad y a la diabetes y mejores puntuaciones en las pruebas de desarrollo intelectual y motor. Sin embargo, la lactancia exclusiva es una opción que las madres van abandonando paulatinamente durante los primeros seis meses de vida de sus hijos.
Según un estudio publicado en Gaceta Sanitaria por el Instituto de Investigación Sanitaria Biodonostia de Guipúzcoa, el 84,8% alimenta a sus bebés únicamente con leche materna al salir del hospital, pero pasados los cuatro meses la cifra se reduce hasta el 53,7%. A los seis meses, solo el 15,4% de las mujeres mantiene esta opción.
Los datos proceden del proyecto INMA (INfancia y Medio Ambiente), que ha realizado un seguimiento de 460 mujeres guipuzcoanas desde el primer trimestre de embarazo hasta los 14 meses de edad de sus hijos (la muestra de inicio constó de 638 mujeres). Según los resultados, el factor que más influye en el abandono de la lactancia exclusiva es la duración de la baja materna. Las madres con bajas de 4 a 6 meses de duración tienen 2,65 veces mayor riesgo de abandonar la lactancia materna exclusiva que las madres no trabajadoras.
Las razones del abandono
Durante los primeros tres meses posparto, las razones más comunes de abandono son los problemas de lactancia (mastitis, dificultad de cogerse al pecho, dolor o pezones invertidos, experiencia negativa anterior) y la hipogalactia (la percepción de no tener leche suficiente, que se estima que solo en el 5% de los casos se corresponde con la realidad).
Los autores recomiendan el asesoramiento profesional, que debería informar a las madres de los beneficios de la lactancia materna exclusiva y facilitar el proceso mediante pautas para un manejo correcto del amamantamiento.
La vuelta al trabajo, no obstante, sigue siendo una de las principales trabas para continuar con la lactancia materna. Disponer de salas de lactancia y de guarderías adjuntas al trabajo, impulsar la flexibilidad horaria o fomentar el teletrabajo son algunas de las políticas de empleo que facilitarían la continuidad y que incluso podrían resultar beneficiosas para la propia empresa.
Así, durante el primer año de vida, los niños amamantados con leche materna presentan una reducción de hasta un 50% en las afecciones propias de esa etapa, reduciendo así el absentismo laboral de sus progenitores. Agencia Sinc.