La pandemia provocada por el virus SARS-Cov-2 es una de las mayores tragedias humanas y sanitarias que ha vivido el mundo en los últimos tiempos. La profesión enfermera, como el resto de las sanitarias, se ha visto profundamente afectada por el alcance de esta crisis. En estas circunstancias, el Consejo de Enfermería de la Comunitat Valenciana (CECOVA) ha considerado «fundamental» recordar que el fin último de la profesión enfermera es proporcionar a la persona un cuidado integral de calidad, con la máxima competencia técnica y presidido por la comprensión y cercanía hacia la persona que requiere de los cuidados y hacia sus familiares y allegados.
La Comisión de Ética y Deontología del CECOVA, presidida por María Isabel Castelló, ha redactado el primer informe en España sobre ética enfermera en relación con la actual pandemia. El documento, de acceso gratuito y descarga libre, lleva por título «Aspectos éticos de la Enfermería en la crisis de pandemia por COVID-19» (puedes descargarlo en el siguiente enlace).
El documento se divide en dos partes: la primera identifica y resuelve los conflictos éticos en los que la enfermera fácilmente se puede encontrar en el contexto de la pandemia; la segunda contiene algunas orientaciones éticas que deben formar parte de manera especial de la actividad enfermera en el momento presente.
A.-Conflictos éticos y propuestas de resolución
Cuando se da una coyuntura como la actual, en la que dos bienes primordiales, como la salud pública y los derechos de las personas, entran en conflicto en un contexto de escasez de recursos, es lógico que la ética se polarice hacia su resolución. Los más relevantes que se pueden suscitar en el ejercicio de la profesión enfermería son los siguientes:
- Conflicto entre cuidado del paciente y autocuidado.
- Conflicto entre garantizar la seguridad de pacientes y profesionales, los derechos del paciente al acompañamiento en los distintos momentos de su proceso asistencial (de modo especialmente relevante el final de su vida) y a la ayuda espiritual o religiosa.
- Conflicto entre cuidado del paciente y riesgo de demandas por mala praxis o negligencia.
- Conflicto entre procurar a cada paciente unos cuidados de calidad y priorizar la asignación de unos recursos escasos para maximizar su utilidad.
- El conflicto entre solidarizarse con la decisión de priorizar adoptada por el equipo de salud y mantener un criterio propio discrepante.
- Conflicto entre el deber de desempeñar unas funciones requeridas por una situación de urgencia para las que, sin embargo, no ha sido debidamente cualificada, y el deber de ceñirse a sus áreas de competencia y, como consecuencia, dejar a ciertos pacientes sin la asistencia.
B.- Orientaciones éticas
En la segunda parte se proponen orientaciones éticas que deben estar implícitas en la actividad enfermera siempre, y máxime, en las presentes circunstancias:
- Rechazo de toda suerte de discriminación o estigmatización de las enfermeras.
- Primado del deber de autocuidado y del derecho a ser cuidada.
- Apoyo ético.
- Apoyo emocional.
- Defensa de los derechos del paciente.