EL CECOVA DENUNCIA QUE LOS PACIENTES DE DIÁLISIS DEBEN SOPORTAR HASTA DOS HORAS DE TRAYECTO EN SUS TRASLADOS A CASA POR LA FALTA DE AMBULANCIAS

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El Consejo de Enfermería de la Comunitat Valenciana (CECOVA) ha denuncia, a través de un comunicado, las deficiencias en el servicio que reciben los enfermos renales por parte de las empresas concesionarias en la Comunidad Valenciana que actualmente se están agravando. El CECOVA señala que cada día aumentan las quejas de usuarios y profesionales que detectan una evidente disminución de la calidad en los servicios de transporte y de tratamiento que están menoscabando la salud de estas personas que deben convivir de por vida con los procesos de hemodiálisis y que acusan un acelerado deterioro de sus condiciones físicas.

El CECOVA apunta que el transporte de pacientes entre los centros de diálisis y sus domicilios cuenta con numerosas deficiencias, ya que la empresa subcontratada, Ambulancias Vallada, suele incumplir los horarios de recogida, ya que para la devolución en horario nocturno envía una sola ambulancia para cubrir dos rutas totalmente opuestas. Esto produce que algunos pacientes deban recorrer la ciudad entera antes de poder regresar a sus domicilios, con la incomodidad horaria que eso representa. Con esta situación, se suman a las horas de diálisis las del trasporte, que alcanzan hasta las dos horas, lo que demuestra una falta de empatía total con los pacientes y dado el estado en el que se hallan tras sesiones de 3 a 4 horas.

Estas personas deben soportar tanto los pocos vehículos que se destinan para realizar el reparto, como su poca frecuencia. La situación genera a los pacientes tiempos de espera innecesarios de incluso dos horas, que sumadas a las cuatro horas que permanecen conectados al dializador, complican la realidad diaria de estas personas.

El CECOVA recuerda que cuando un paciente requiere de este servicio es por necesidad, ya que desplazarse al domicilio conduciendo el vehículo propio después de un tratamiento resulta peligroso. Estas personas salen agotadas, con tensiones bajas y tener que desplazarse sus propios medios supone un riesgo para el tráfico, ya que conducir después de un tratamiento de diálisis no es aconsejable.

Desde el CECOVA se insiste en que no solamente se han presentado quejas contra el servicio de transportes, sino también contra Alcer Castalia y Diaverum, denunciando la baja calidad de la atención y trato, y de forma generalizada la merma en la calidad de los materiales utilizados en los tratamientos con respecto a anteriores concesionarias. También se tiene constancia del retraso injustificado de los pagos para combustible a los pacientes que utilizan sus vehículos particulares que llegan hasta los seis meses.

Disminución de calidad

Los pacientes también han sido testigos de una disminución de la calidad del servicio con el argumento de la reducción del precio por paciente que la empresa obtiene de la Conselleria. Esto se ha traducido en diferencias de tratamiento y protocolos con respecto a otros pacientes del hospital al que pertenece cada usuario. Ha habido recortes en productos necesarios e imprescindibles, como el suero fisiológico, y las máquinas de diálisis son antiguas y funcionan mal (averías a diario con paradas de varios minutos durante la diálisis con peligro de coagulación para el paciente). También se ha observado que las máquinas no están bien timbradas o equilibradas. En algunas, el microfiltrado deja hasta medio kilo de más, lo que produce hipotensiones y rampas, y otras dejan hasta medio kilo de menos, superando el peso seco con el resultado de una mala diálisis y, por consiguiente, un riesgo real para los pacientes que somos atendidos.

Otro problema muy serio que cuestionan los pacientes de diálisis se halla en que las enfermeras y enfermeros que tienen experiencia abandonan estos centros por los bajos salarios que perciben y el trato por parte de la empresa. Por desgracia, es habitual que enfermeras y enfermeros con la carrera recién terminada realizan un mes de prácticas y, tan solo con esa escasa experiencia, deben trabajar sin apoyo. A esta situación hay que añadir una gran precariedad laboral porque muchas enfermeras/os, tras pocos meses trabajando, son despedidos o no se les renueva contrato.

Esta situación repercute negativamente en el servicio, creando inseguridad para los pacientes que observan el continuo desfile de personal sin ningún tipo de experiencia en las tareas que desempeñan. Por parte de los empleados con más antigüedad se ha informado que, desde hace cuatro años, no se le ha revisado el sueldo al personal sanitario y los usuarios ya han conocido hasta 15 nefrólogos en el centro, casi siempre extracomunitarios, que abandonan la compañía cuando reciben ofertas de otras clínicas y hospitales para mejorar sus ingresos mensuales. Desde el CECOVA ya se trasladaron estos hechos en la reunión del Consejo de Salud de la Comunidad Valenciana, celebrada el pasado 19 de julio. CECOVA

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