Los menores que sufren bullying pueden presentar signos de dolor somatizado relacionado con el acoso.
- El último Informe de Prevención del Acoso Escolar en Centros Educativos de la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación de Ayuda a Niños/as y Adolescentes en Riesgo (ANAR), revela que casi un 10% (9,4) reconocen haber sufrido acoso y ciberbullying en el último año
- “Las enfermeras estamos en contacto directo con la población y podemos trabajar de muchas maneras en la detección y prevención de casos de acoso”, afirma la presidenta del COECS, Isabel Almodóvar
- Desde el COECS se considera fundamental que se potencie la labor educadora de la enfermera escolar, pero también de las enfermeras que trabajan en otros ámbitos
CASTELLÓN (2025-5-2) El Colegio Oficial de Enfermeros y Enfermeras de Castellón (COECS) se ha sumado a la petición del Consejo General de Enfermería (CGE), que ha instado a los gobiernos a apostar por las enfermeras para luchar, prevenir y detectar el bullying. Se trata de uno de los problemas más graves a los que se enfrentan los alumnos y alumnas en la actualidad. Tal y como se desprende del último Informe de Prevención del Acoso Escolar en Centros Educativos de la Fundación Mutua Madrileña y la Fundación de Ayuda a Niños/as y Adolescentes en Riesgo (ANAR), casi un 10% (9,4) reconocen haber sufrido acoso y ciberbullying en el último año.
La presidenta del COECS, Isabel Almodóvar, ha manifestado su preocupación ante estas cifras: “No deberíamos normalizar que uno de cada diez menores haya sido víctima del bullying. Ya sea en los centros escolares o en las redes sociales, se trata de una lacra que puede traer consecuencias terribles a diferentes niveles. Las enfermeras estamos en contacto directo con la población y podemos trabajar de muchas maneras en la detección y prevención de casos de acoso, especialmente en el ámbito de la educación en salud. Todos debemos sumar nuestro granito de arena para afrontar esta realidad”.
Con motivo del Día Internacional contra el Acoso Escolar, que se celebra este viernes, 2 de mayo, el COECS y el CGE consideran que las enfermeras escolares, de Pediatría, de Atención Primaria, de salud mental y también las generalistas son profesionales clave a la hora de comprobar ciertos signos y alertar de un posible caso. La importancia de controlar estas situaciones es tal porque el bullying se caracteriza por un desequilibrio de poder entre la víctima y el agresor y puede provocar consecuencias emocionales muy graves, tanto inmediatas como a largo plazo; es decir, no se trata de conflictos puntuales, sino de un patrón de conducta repetido que genera sufrimiento.
Papel privilegiado
“Tenemos un papel privilegiado para detectar el bullying porque somos una figura cercana, accesible y de confianza para el alumnado. Muchas veces los niños y adolescentes acuden a la enfermería con síntomas físicos recurrentes (dolores de cabeza, molestias estomacales, mareos) que no tienen una causa médica clara. Estos pueden ser signos de dolor somatizado relacionado con el acoso. Además, desde la observación cotidiana y el diálogo con el alumnado, podemos identificar cambios de conducta, retraimiento o miedo a asistir al colegio. También colaboramos con tutores y orientadores para compartir información y detectar patrones”, ha explicado María Mínguez, enfermera escolar en un colegio de Madrid.
Para ello, resulta fundamental trabajar con el grupo, “especialmente con los llamados testigos mudos”. “El objetivo es transformar la cultura de la clase: romper el estigma del «chivato» y reforzar el valor de defender al compañero que sufre. Cuando conseguimos que el grupo apoye a la víctima, el acosador pierde poder”, ha puntualizado la enfermera.
Por este motivo, desde el Consejo General de Enfermería se considera fundamental que, desde los gobiernos autonómicos, se potencie la labor educadora de la enfermera escolar, pero también de las enfermeras que trabajan en otros ámbitos porque prevenir el bullying desde las consultas y los centros educativos es mejorar la educación de los menores y, en definitiva, la salud física y mental de los mismos. “Prevenir el acoso no es algo que deban hacer solo los padres, profesores, enfermeras u otros profesionales sanitarios. La prevención es, sin ninguna duda, un trabajo grupal para el que necesitamos estar todos y todas preparados. El aumento del uso de las redes sociales cada vez más pronto y otras situaciones habituales que se viven en la actualidad han hecho que aumente la manera de acosar y despreciar a ciertos compañeros por el hecho de creerlos diferentes. Las administraciones deben ser conscientes y crear políticas reales para prevenir y atajar esta lacra de verdad”, ha argumentado Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería.