Actualmente, el General de València es el único hospital público que dispone del robot Da Vinci para cirugías complejas con una técnica mínimamente invasiva. En la mayoría de las intervenciones ginecológicas se realiza una movilización uterina con ayuda de un dispositivo introducido por la vagina que obliga a contar con un cirujano o cirujana realizando los movimientos básicos de manipulación durante todo el tiempo de la intervención, durante casi cuatro horas.
«No existe ningún brazo robótico para realizar la función de movilización uterina y gracias a este nuevo dispositivo el cirujano principal realizará un control preciso con tres grados de libertad en la posición uterina durante la intervención», ha explicado el jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital General de València, Juan Gilabert. «Este robot permitirá movilizar el útero con una precisión y exactitud no alcanzable por una persona, eliminando los temblores de mano y además liberará al segundo cirujano que hasta ahora debía mantener el manipulador uterino y que podrá realizar otras labores de apoyo más concretas y acordes a su formación», ha añadido.
Para aprender los rangos de movimiento con los que necesitaban programar el robot, los investigadores de la Universidad han trabajado durante casi un año con los ginecólogos y cirujanos. Las pruebas se han desarrollado fundamentalmente con el equipamiento del centro de simulación del Hospital General que reproduce el abdomen de una mujer de una forma muy fidedigna, permitiendo manipular tejidos muy similares a los reales y también asistiendo a diferentes intervenciones de matriz.
Ginecología, Cirugía General, Urología y Cirugía Torácica
Se trata de un desarrollo conjunto del Instituto de Automática e Informática Industrial (Instituto ai2) de la UPV y cuatro servicios médicos del General de Valencia: Ginecología y Obstetricia, Cirugía General, Urología y Cirugía Torácica. Este desarrollo se enmarca en un proyecto multidisciplinar concedido a la Fundación de Investigación del Hospital General de Valencia dentro de las ayudas competitivas de la Agencia Valenciana de Innovación (AVI).
El equipo investigador ha asegurado que el prototipo podría exportarse a otro tipo de cirugías con necesidades similares, por ejemplo, para cirugías de próstata o de colon. El proyecto, que alcanza un año de recorrido, está previsto que continúe para entrar en 2020 en la fase de marcado o validación del sistema que garantizará su absoluta seguridad con las pacientes.
Una vez testado en el centro de simulación del hospital y obtenida su aprobación para el uso en cirugía, el personal investigador prevé entre 12 y 18 meses para su comercialización por empresas valencianas. GVA Sanitat