El primer ministro británico, David Cameron, ha pedido disculpas públicas por las negligencias “verdaderamente espantosas” que se tradujeron en la muerte innecesaria de centenares de pacientes en uno de los hospitales públicos del Reino Unido. Su comparecencia ante la Cámara de los Comunes se ha producido poco después de la difusión de las conclusiones de una investigación sobre el maltrato sistemático a los pacientes de un centro sanitario de Staffordshire (centro de Inglaterra), privados en algunos casos incluso de agua y alimentos, y que se tradujo en una inusual y altísima tasa de bajas mortales entre 2005 y 2008.
El personal del servicio de sanidad pública (NHS, en sus siglas inglesas), es decir, los médicos, enfermeras y gestores, deberá afrontar sanciones penales si encubren sus errores o los de sus colegas en el trato que dispensan al paciente, según las recomendaciones de la investigación dirigida por el abogado especialista en negligencias médicas Robert Francis. Las cifras de mortalidad registradas por el hospital en aquel periodo superaron las previsiones estadísticas entre 400 y 1.200 personas y, si bien resulta imposible establecer que habrían sobrevivido con mejor atención y tratamiento, sí se ha confirmado que cuando menos fueron víctimas de una gestión que primaba “la consecución de objetivos económicos por encima de la calidad del servicio”.
El escándalo mayúsculo, que saltó a la palestra en 2009, ha sido objeto desde entonces de cinco investigaciones que se saldaron con una crítica a los patéticos estándares hospitalarios, el abandono voluntario de algunos de sus gestores y ninguna sanción expresa. Y ello a pesar del tremendo relato de los horrores de cómo las recepcionistas determinaban quién era o no aceptado para su ingreso, de la falta de formación de las enfermeras para usar los equipos o la inexperiencia de algunos médicos a los que se encomendaron pacientes en estado crítico. Tanta era la dejadez, que a veces la bandeja con el almuerzo o la cena era depositada fuera del alcance del paciente que yacía en la cama.
El trato inhumano del personal del servicio de sanidad pública provocó que la cifra de la mortalidad superara las previsiones estadísticas y se registrara entre 400 y 1200 personas fallecidas durante el periodo mencionado; lo que se traduce en el mayor escándalo sanitario de ese país europeo. Ese resultado ha puesto de relieve la falta de respeto a los estándares básicos hospitalarios, ya que en algunos casos, los pacientes incluso carecían de agua y alimentos.
La investigación, dirigida por el abogado, Robert Francis, recomienda sanciones penales para el personal del NHS, es decir, los médicos, enfermeras y gestores involucrados en el maltrato, pues su postura adoptada consistía en lograr objetivos económicos en lugar de atender la calidad del servicio.
Un informe concluye que el hospital de Staffordshire primó lo económico
La presión de los familiares de esos pacientes maltratados, exigiendo un examen en profundidad del sistema para buscar soluciones y dirimir responsabilidades, ha forzado esta última encuesta oficial que el Partido Conservador prometió en su programa electoral y Cameron hizo efectiva en cuanto ocupó Downing Street. Su resultado, sin embargo, conforma un catálogo de nada menos que 290 recomendaciones que se resumiría en el establecimiento de un código más férreo de conducta, el reforzamiento de los controles del personal y, como explicó el primer ministro, la creación de un cuerpo de inspectores para velar por unos centros sanitarios “limpios seguros y en los que se cuide a los pacientes, no de meros espacios de gestión burocrática”. Se apunta a los errores de gestión, desde los máximos responsables hasta la base, pero no habrá mayores consecuencias más allá de la severa censura.
Si bien es cierto que el caso no puede imputarse directa o únicamente a la mengua de los recursos económicos que el NHS viene encajando en los últimos años —porque el trato inhumano a aquellos pacientes carece de toda justificación— también debe subrayarse que ese contexto idílico que ambiciona Cameron aparece muy difícil en los actuales tiempos de recortes drásticos. Las recomendaciones con las que se ha saldado el veredicto sobre el hospital de Staffordshire, y que el Gobierno quiere aplicar en todos los centros del sistema, suponen un alivio para los responsables del Departamento de Sanidad, que temían la demanda de otra costosa reforma del NHS que finalmente no deberá ejecutarse. Porque esa declaración de buenas intenciones que contiene la enésima investigación del caso no se centra en la exigencia de un personal cualificado y suficiente numéricamente (lo cual significa inversión en la sanidad pública), sino que pone el acento en el comportamiento individual de cada trabajador independientemente de las condiciones laborales. Y estas, a tenor del gasto sanitario del próximo presupuesto del Gobierno, no parecen nada halagüeñas.
Medidas a tomar en el futuro
Entre las 290 recomendaciones con las que concluye el informe de este experto, está la de crear un marco legal transparente en el que médicos y enfermeras comuniquen a los pacientes acerca de sus errores e infracciones que cometan.
Del mismo modo, Cameron ha informado de que se va a crear un nuevo puesto de inspector jefe de hospitales y de que se va a aplicar un nuevo régimen de inspecciones de cara al próximo otoño. «Lo que hace que nuestro Sistema Nacional de Salud sea especial es que quien quiera que seas, de donde quiera que vengas hay un lugar donde puedes ir», concluye Francis, que tienen previsto reunirse con algunas de las familias afectadas.
De momento se van a investigar otros centros sanitarios bajo sospecha. Los otros cinco hospitales que se investigarán son el Colchester University Hospital NHS Foundation Trust, el Tameside Hospital NHS Foundation Trust, el Blackpool Teaching Hospitals NHS Foundation Trust, el Basildon y Thurrock University Hospitals NHS Foundation Trust y el Lancashire Hospitals NHS Trust.
A pesar del escándalo, como recuerda el diario ‘The Mirror’ ninguno de los responsables, ni del hospital de Stafford, ni del sistema británico de salud durante aquellos cuatro años ha sido despedido o acusado formalmente de lo ocurrido. Otros ocho hospitales del país se encuentran bajo investigación para evaluar las tasas de fallecimientos. El País/Hispan TV/El Mundo/20 Minutos.