ESPAÑA REGISTRA UN AUMENTO DE CASOS DE TANOREXIA

Uno de cada tres españoles reconoce que toma el sol entre las 12,00 y las 17,00h, franja horaria de mayor insolación en la que es recomendable por salud no realizarlo, y a pesar de ello, cada vez son más las personas que están obsesionadas por mostrar un intenso bronceado.

La tanorexia es un trastorno psiquiátrico en el que existe una obsesión patológica e irracional, grave y persistente por «estar permanentemente bronceado» y que provoca una exposición compulsiva y enfermiza a tomar el sol o rayos UV a pesar de tener conocimiento de las consecuencias dañinas para la salud (envejecimiento precoz, melanomas y cáncer de piel). Según el Dr. Augusto Zafra, director de IVANE y de la Unidad de Desintoxicación hospitalaria del Hospital Nisa Aguas Vivas, “suele afectar generalmente a mujeres entre 15 y 35 años. Estas personas suelen presentar a nivel psicológico tendencia a la baja autoestima, una escasa autoaceptación de si mismas y una búsqueda persistente de la aprobación de personas que las rodean desde una interiorización errónea de los modelos imperantes en occidente que atribuyen al valor delgadez, la simetría corporal y el bronceado de piel unos elevados valores de éxito personal, estatus social y poder económico que no se corresponden con la cotidianeidad”.

La tanorexia o la llamada «adicción al sol» es considerada un tipo de dismorfofobia en el que la persona tiene una percepción distorsionada de la tonalidad corporal, que deriva en la búsqueda del bronceado perfecto. Justamente en esta búsqueda incesante de poseer un tono de piel bronceado y la frustración de no llegar nunca a conseguir esa perfección a pesar de las exposiciones solares, terminan dañando la salud. En este contexto, asegura el Dr. Zafra, sería similar a lo que sucede en la anorexia con la necesidad de perder peso porque «nunca se llega a la plena satisfacción de la delgadez» o a la vigorexia en relación al culto del cuerpo en el que «nunca se llega a una definición muscular adecuada».

Asimismo, la tanorexia también encuentra similitudes con las adicciones químicas como el alcoholismo, el consumo de cocaína, cannabis, heroína, alucinógenos, y con las conductas repetitivas de las adicciones comportamentales (ludopatía, adicción a las nuevas tecnologías, adicción al trabajo o a las compras) en cuyos inicios, cuando una persona comienza a tomar el sol, estimularían los circuitos cerebrales del placer mediante la secreción de neurotransmisores opioides endógenos llamados endorfinas y posteriormente existirían fenómenos similares a la dependencia, abstinencia y tolerancia en el que la no exposición al sol o a los rayos UV podrían generar síntomas de irritabilidad, ansiedad, inquietud y un malestar significativo.

Clásicamente, se han definido los siguientes síntomas como sugerentes de poder padecer tanorexia:

-Considerar un fracaso personal la tonalidad de la piel en comparación con otras personas y autoimposición de seguir oscureciendo la tonalidad de la piel con gran inversión de tiempo y abandono de otras actividades cotidianas.

-Distorsión de la tonalidad corporal y convencimiento inamovible de tener una piel pálida cuando en realidad es oscura.

-Pérdida de apetito, apatía o ansiedad cuando la persona percibe que no ha sido expuesto a las horas de bronceado suficientes.

-Ocasional presencia de trastorno depresivo mayor, fobia social y laboral, el trastorno obsesivo-compulsivo. Los casos más graves pueden desarrollar cuadros delirantes de tipo somático que requieren ingreso hospitalario.

-Peregrinaje médico a especialistas en dermatología por las complicaciones derivadas de la excesiva exposición solar (lunares, carcinomas mas, melanomas…).

-Oposicionismo o reticencia a una evaluación psicológica o psiquiátrica cuando se le sugiere que existe un problema de tanorexia.

Cuando una persona es diagnosticada de tanorexia requiere un abordaje terapéutico multidisciplinario con una psicoterapia reglada y un tratamiento psicofarmacológico ya que a menudo es necesaria tratar síntomas de ansiedad, depresión y el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) de base. La intervención psicológica está enfocada a restringir los comportamientos de exposición, mejorar la distorsión de la percepción corpórea y cuestionar centrar la importancia del aspecto físico en la valoración personal.

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