Personal investigador del instituto VRAIN de la Universitat Politècnica de València (UPV), junto a la Fundación Fisabio (entidad dependiente de la Conselleria de Sanidad Universal y Salud Pública), han desarrollado el prototipo de una herramienta para la valoración médica de pacientes de manera remota en entornos rurales sin asistencia presencial en el momento de la consulta.
La herramienta utiliza tecnología de Internet of Things (IoT) para comunicarse con dispositivos de medida como termómetro, glucómetro, pulsioxímetro o tensiómetro. En esencia, consiste en una aplicación conectada a una tablet que se comunica también en la nube y permite monitorizar al paciente. Desde su ubicación, el doctor/a puede realizar una vídeo-consulta con el paciente y ver las medidas de este, ayudado en todo momento por un auxiliar médico. De esta manera puede llevar un control del paciente, en caso de crónicos, o diagnosticar en remoto, así como la dispensación de medicinas.
Entre sus ventajas destacan, por un lado, una asistencia del paciente más rigurosa y precisa; y por otro, una monitorización de los pacientes más frecuente y con un registro centralizado de las medidas históricas.
“La idea es que la herramienta sirva para hacer un primer diagnóstico para detectar si se requiere emergencia o no, y en ese caso desplazar a un equipo médico. También se utiliza la cámara para hacer videoconferencias y que el paciente sienta mayor cercanía. El siguiente paso sería incorporar una cámara de alta precisión para poder ver y valorar cuestiones relacionadas con dermatología”, ha explicado el investigador principal de este proyecto en el instituto VRAIN de la UPV, Juan Miguel Alberola.
Nel·lo Monfort, médico de Vallibona y Castell de Cabres, coordinador del Centro de Salud de Morella e investigador principal del proyecto por parte de Fisabio, afirma que “el dispositivo puede mejorar la accesibilidad y equidad del sistema sanitario público de la población rural más remota así como priorizar desplazamientos de profesionales o pacientes cuando sea necesario. Por otro lado, el mantenimiento de recursos y servicios en la ruralidad revierte la inequidad territorial y las desigualdades en salud, causas importantes del despoblamiento”.
Movilidad de las zonas rurales
En este sentido, Juan Miguel Alberola, investigador del instituto VRAIN de la UPV añade que “el problema fundamental que existe en las zonas rurales es la movilidad. En estas zonas tienen un único médico para varios pueblos pequeños y solo va a los consultorios auxiliares dos días a la semana. Cuando hay un caso urgente, es el paciente el que se tiene que desplazar al centro de salud más cercano que suele ser una persona de edad avanzada y debe ir por carreteras que se encuentran en mal estado, sobre todo en invierno”.
La despoblación rural es una amenaza para la población europea. Se estima que la caída de la población rural en España se sitúa en torno al 40 % desde 1950 y se prevé una reducción más frecuente en las dos próximas décadas. En las zonas rurales, la población suele ser de mayor edad que en las zonas urbanas y empezará a disminuir lentamente en la próxima década. Esta despoblación tiene implicaciones en servicios como los sanitarios que se ven reducidos en entornos rurales.
En la Comunitat Valenciana existen entornos rurales como la comarca de Els Ports que conecta a 7.075 habitantes distribuidos en 17 municipios y que en su gran mayoría se trata de población envejecida y dispersa.
Esta situación, tal y como ha subrayado Juan Miguel Alberola “hace necesario ofrecer un sistema de asistencia sanitario remoto de gran calidad para pacientes de zonas rurales. En los próximos años, la teleasistencia o telemedicina, sobre todo a raíz de la COVID-19, va a desarrollarse para ofrecer una asistencia de mayor calidad y precisión que la llamada telefónica. La IA nunca podrá sustituir a una persona pero va a ser mucho más precisa que una llamada”. GVA Sanitat