Gemma Mañes puede decir alto y claro que su último año de trabajo como enfermera ha sido una experiencia totalmente nueva. esta joven profesional que comenzó a trabajar en 2001 ejerce habitualmente en la UCI Pediátrica y Neonatal del Hospital General de Castellón pero hace pocos meses su espacio de trabajo cambió… ¡Y mucho!.
Ella y otros profesionales de la salud han viajado con la ONG Youcanyolé a Kenia para atender allí a miles de personas en zonas rurales y barrios marginales en las que la simple presencia de un médico ya es una novedad por lo que el «desembarco» de este equipo multidisciplinar durante un mes es una auténtica bendición.
Gemma se animó a participar en esta aventura por mediación de su «compañera de trabajo, Elisabeth Doñate que es la fundadora de la misma junto con su marido el Dr. Medina», explica Gemma. «Llevaba muchos años queriendo colaborar con una ONG -añade esta enfermera- y se presentó la oportunidad gracias a mi compañera y otros integrantes de Youcanyolé que llevan muchos años de experiencia de cooperación en Kenia».
La preparación y motivación previas son importantes porque el cambio de escenario, en caso de no ir preparado, puede ser un impacto brutal. «Por suerte íbamos muy bien informados por la ONG sobre las condiciones que vive el país así como de las tareas a desempeñar y organización del trabajo. Para ello previo a la expedición tuvimos varias reuniones y realizamos tareas de preparación», explica Gemma.
A esto añade la preparación personal. «Me había informado sobre el país y sobre las zonas donde íbamos a trabajar pero he de decir que la realidad que vive el país, sobretodo ciertos barrios y favelas como Kibera, que es la segunda favela más grande del mundo, no te deja de sorprender cuando lo vives en primera persona, siempre supera cualquier información que puedas leer o cualquier video que puedas ver», asegura esta joven enfermera.
Una transformación personal
Que duda cabe que el impacto que produce trabajar en esta región de África y con personas tan necesitadas de atención sanitaria cambia la conciencia de cualquiera. «El sentimiento más generalizado de todos los que íbamos por primera vez creo que fue ¿cómo es posible que el ser humano sea capaz de sobrevivir en esas condiciones?, ¿cómo es posible que se permita que haya millones de personas viviendo en esas condiciones de insalubridad y violencia?, ¿cómo es posible que esos niños todavía tengan una sonrisa guardada para ofrecerte?. Éstas y muchas otras reflexiones interminables que te siguen llenando la cabeza sobretodo cuando a la vuelta te das cuenta de todo lo que has vivido», explica Gemma.
Como enfermera Gemma Mañes ha descubierto, según relata ella misma para Hoy Comentamos, «la importancia de la educación sanitaria, educación que no nos damos cuenta tener pero que cuando allí vives su carencia le das la importancia que tiene, siendo tan barata. Por otro lado de la importancia del acceso a una sanidad pública universal, para muchos de ellos el poder ser visitados por médicos, dentistas o enfermeras es algo prohibitivo y la ONG les brinda esa oportunidad. El trabajo en equipo permite mejorarles en la mayoría de casos su escasa calidad de vida».
De todo y para todos
Cuando las necesidades y problemas de salud son tantos y tan poco atendidos los trabajos que realizan médicos, oftalmólogos y enfermeras en Kenia se multiplican por cien. Gemma explica que las tareas habituales en Kibera han incluido la Medicina General, la Pediatría, atención dental, optometría (graduación de la vista y entrega de gafas de vista lo más adecuadas posible gracias a las gafas recogidas por la ONG así como de gafas de sol tan importantes para la prevención de patologías derivadas del sol), Enfermería (desparasitación de niños, curas, inyectables, atención a algunas urgencias, etc.) y Farmacia (tras ser visitados se les entregaba a los pacientes el tratamiento completo pautado).
«También realizamos la desparasitación de todos los niños de 3 colegios y un orfanato así como la entrega de material escolar y ropa infantil», añade Gemma.
En total han pasado por las manos de los miembros de Youcanyolé unas 450 personas por día. En este sentido cabe recordar que «muchos requerían ser atendidos por varias patologías así que eran atendidos por ejemplo por el médico, posteriormente por el dentista y finalmente pasaban por óptica».
La experiencia en Kenia ha sido dura y emocionalmente impactante pero Gemma Mañes tiene muy claro que es positiva. «Creo que es una experiencia muy positiva como persona y como enfermera. Eso si, también es importante saber que es fundamental ir preparado mentalmente y con la mente abierta a aprender de todo lo que allí vives tanto a nivel profesional como personal. La relación con los compañeros de la expedición como con la gente con la que te encuentras te pueden enriquecer mucho», explica Gemma.
El regreso y la reflexión
De regreso a Castellón Gemma ya no puede ver la realidad de nuestro mundo occidental y rico de la misma forma. «Sí, antes de ir eres consciente de nuestra realidad y de la realidad que viven otros países pero no es hasta la vuelta cuando realmente te das cuenta de lo injusto que es que la vida de las personas dependa tanto del lugar donde se nace o se vive. Por otro lado, la experiencia es toda una lección de valores para los que vivimos en un mundo extremadamente materialista», añade esta enfermera.
En cualquier caso Mañes ha sabido extraer valiosas lecciones de vida de este viaje con Youcanyolé, entre ellas la importancia de la educación para prosperar. «Evidentemente existen muchas diferencias entre los países desarrollados y los en vías de desarrollo pero obviando la falta de infraestructuras y de poder económico, me he dado cuenta que necesaria es la formación cualificada de la población para favorecer su desarrollo y es en éste área donde personalmente creo que debemos cooperar mucho más». Gabriel Ferrándiz/COECS.