La Universitat Jaume I de Castelló ha conmemorado el Día Mundial de la Lucha contra el Sida con varias actividades para concienciar a la comunidad universitaria sobre esta epidemia que todavía constituye un problema de salud pública a escala mundial. El vestíbulo de la Facultad de Ciencias Humanas y Sociales ha acogido la entrega de los premios del Concurso del Día Mundial de la Lucha contra el VIH, al que se han presentado 44 carteles.
El primer premio, dotado con 300 euros, ha sido para el cartel titulado «Rega’t d’informació i trenca els prejudicis» elaborado por las estudiantes Ana Pacios de Diego, Laura Castells Ferri, Eva Pitarch Cabedo i María Montoliu Miravet, mientras que el segundo premio ha sido para «NO, no és un joc de xiquets» realizado por los estudiantes Raúl Fortea Ferreres, Alejandra Cámara Vidal y Cristina Nieto Peidró.
Además, el jurado ha otorgado una mención especial al trabajo «Junts arribarem més lluny» de Ana Pacios de Diego, Laura Castells Ferri, Eva Pitarch Cabedo i María Montoliu Miravet. Los trabajos estarán expuestos en el vestíbulo de la FCHS hasta el 9 de diciembre. Por otro lado, en la Facultad de Ciencias de la Salud, con motivo del 30 aniversario de la UJI, se puede visitar hasta el 23 de diciembre la muestra de los carteles ganadores de todas las ediciones del concurso desde 2005 hasta 2020.
Además, en los vestíbulos de los cuatro centros de la UJI se han instalado mesas informativas y durante el mes de noviembre se ha realizado un curso de formación sobre «Promoción de la salud sexual y prevención del VIH» y se ha emitido un programa especial de «A propósito de la salud» con colaboración de CASDA en la emisora universitaria.
Las actividades han sido impulsadas por UJI Hábitat Saludable, Salusex-Unisexsida, la Oficina de Cooperación al Desarrollo y Solidaridad, y la Oficina de Prevención y Gestión Medioambiental.
Encuesta Salusex
La última encuesta realizada por el equipo de investigación de Salusex destaca que solo el 41% de mujeres y 36% de hombres utilizan siempre el preservativo en el coito vaginal, mientras que el porcentaje en la penetración anal es del 29% y 37% respectivamente, y apenas el 3,5 y 2,3% en el sexo oral. Por otro lado, la relajación en el uso del preservativo es mucho mayor en las relaciones estables donde siempre utilizan el preservativo un 27,9% de mujeres y un 25,7% de hombres, frente al 63,6% y 53,7% que lo hace en las relaciones esporádicas.
Según Rafael Ballester, director de Salusex y catedrático de Psicología Clínica de la Salud de la Universitat Jaume I, «a pesar de que la confianza en el preservativo es alta (un 66% creen que es un método muy fiable y un 31% bastante fiable), continúa habiendo una importante desinformación, como lo muestra el hecho de que un 39% de los estudiantes cree que la infección por VIH es una enfermedad solo moderadamente grave e incluso un 2,8% cree que es una afección leve». Además, un 27% considera que tiene curación. «Estas creencias pueden estar en la base de la relajación en el uso del condón», explica Ballester.
Respecto al año anterior se observa un ligero incremento de un 5% en el uso del preservativo en el coito vaginal, un incremento mayor del 20% en su uso en el sexo anal y una disminución del 2% en el sexo oral. Por otro lado, mientras su utilización en las parejas estables permanece igual, se incrementa un 20% en las esporádicas. «A pesar de esta mejora no hay que bajar la guardia, dado que continúa habiendo un porcentaje demasiado elevado de jóvenes que no utilizan el preservativo de manera sistemática en unas prácticas sexuales que son de riesgo», apunta Ballester. Por otro lado, la percepción de gravedad de la infección por VIH ha disminuido respecto al año anterior.
Según Rafael Ballester, con los datos actuales continúa siendo necesario y urgente llevar a cabo políticas activas de prevención de la infección por VIH no solo entre los universitarios sino en toda la sociedad, en una apuesta firme y decidida de las instituciones educativas por una educación sexual integral y continuada en las escuelas desde edades tempranas. «Esta enfermedad ha podido quedar oculta u olvidada en el marco de la actual pandemia de la COVID-19, pero continúa estando entre nosotros de manera activa amenazando seriamente la salud física y psicológica de las personas que la sufren», explica Ballester. «No se puede admitir ninguna excusa ni argumento que pretenda justificar el abandono de nuestros adolescentes y jóvenes ante los riesgos que supone la falta de esa educación sexual. Además, esos riesgos no solo se refieren a la posibilidad de contraer la infección por VIH u otra infección de transmisión sexual, sino a otros muchos problemas como los embarazos no deseados, la sextorsión, el acoso LGTBIfóbico, la adicción a la pornografía, las agresiones sexuales o la falta de goce de su sexualidad», añade.
La encuesta se ha realizado a un total de 826 estudiantes de la UJI de entre 18 y 30 años, con una edad media de 21,5 años, un 24% de hombres y un 75% de mujeres.