El Servicio de Pediatría del Hospital General de València lleva años trabajando para incorporar una atención lo más humanizada posible y comprometida con la filosofía de atención y cuidados centrados en cada niño o niñas y en la familia. Por este motivo, hace más de cinco años que el Servicio se planteó ir abriendo sus puertas con el fin de que los padres y madres pudiesen permanecer las 24 horas junto a sus hijos e hijas, y se apostó por ir adaptando tanto el diseño arquitectónico como la organización para mejorar el bienestar y el confort en las salas de maternidad, paritorio, neonatos o cuidados intermedios.
Esta filosofía centrada en favorecer el binomio entre progenitores-hijos e hijas o familia-hijos e hijas se extiende a las consultas externas, e incluso a la formación que reciben los y las profesionales que se incorporan al Servicio.
«Todos somos un continuo, con un mismo objetivo y una misma línea de trabajo, enfocados a conseguir un buen desarrollo emocional y una mayor vinculación y afección por parte del pequeño, y hace años que nos planteamos intentar no separa al niño de la familia siempre que fuera posible», ha señalado el pediatra Rafael Gómez.
De este modo, el Servicio de Pediatría, que cuenta con un equipamiento tecnológico moderno y adaptado a las necesidades asistenciales de los más pequeños, también da cobertura a otras necesidades personales y emocionales.
Tal y como ha explicado la pediatra Nuria García, «trabajamos para que este proceso se viva como una experiencia conjunta, con la misma filosofía en todo el equipo, para que nuestros pacientes y su familia se sientan acogidos y, por eso, se ha apostado por abrir las puertas y liberar el horario de visitas, para evitar que el núcleo se rompa, dado el papel prioritario que desempeñan los padres en el cuidado de sus hijos».
Los y las pediatras han explicado que en esta reestructuración se ha tenido muy en cuenta las opiniones de los padres y madres y que, incluso en los momentos más difíciles de la pandemia, se han mantenido las puertas abiertas a las visitas, siempre manteniendo una estricta seguridad y cumpliendo todas las recomendaciones marcadas por el Ministerio de Sanidad.
Evitar el dolor
Dentro del bienestar de cada menor, evitar el dolor o minimizarlo ha sido un aspecto fundamental. Esto se ha conseguido gracias a la implantación de medidas farmacológicas y otras no farmacológicas, como la utilización de ‘bodys inteligentes’ con sensores que permite la transmisión y almacenamiento de las señales fisiológicas de los recién nacidos para la detección precoz de patologías, evitando tener que pinchar o hacer exploraciones.
«Además, si al pequeño se le tiene que hacer alguna prueba invasiva, se intenta que sea junto a los padres para que no pierdan el contacto entre ellos y que ambas partes lo vivan con menos estrés», ha añadido Nuria García.
Desde Enfermería se ha destacado que esta filosofía de puertas abiertas «ya no tiene vuelta atrás». Esto ayuda a que se pueda facilitar el contacto ‘piel con piel’ desde el paritorio, la promoción de la lactancia materna y que los padres y madres se puedan implicar en los cuidados de sus hijos e hijas desde el momento del nacimiento.
Nueva unidad de Neonatos y Cuidados Intermedios
Las instalaciones de la unidad de Neonatología y los Cuidados Intermedios se han remodelado con un diseño fresco e innovador y se han dotado con tecnología de última generación. De este modo, se ha diseñado como un espacio diáfano, con un control de enfermería centralizado, donde luz natural y la amplitud favorecen que cada menor y su familia estén lo más cómodos posible.
Gracias al cambio arquitectónico, los progenitores disponen de una sala de estar donde pueden descansar, sociabilizar con otros padres y madres o incluso teletrabajar. También pueden comer, ya que el hospital les ofrece la comida para facilitarles la estancia.
Del mismo modo, disponen de un amplio baño con ducha, taquillas y una sala de lactancia materna más amplia y mejorada, que no solo está abierta a las madres de los menores ingresados, sino a las que están con sus hijos e hijas en puertas de urgencias o en las consultas externas, incluso a trabajadoras del hospital.
Rafael Gómez ha explicado que la atención que se presta es tan personalizada que se selecciona la musicoterapia en función de cada uno de los niños o niñas. «Cada puesto dispone de un circuito donde se puede escoger entre varios canales: ruidos blancos para bebés, nanas, ‘Les cançons de bressol,’ de la Diputación de Valencia, y música infantil más animada, ya que en la Unidad de Cuidados Intermedios se asiste desde prematuros a niños de 14 años que precisan medidas de tratamiento, cuidados y monitorización más complejos de los que se pueden ofrecer en las salas de hospitalización generales».
Esta reestructuración ha permitido que se genere una atmósfera amable y acogedora en la que se han estudiado minuciosamente los iconos y los colores de cada elemento, una propuesta de diseño que se está extendiendo a otros elementos de la sala de Maternidad. GVA Sanitat