Las enfermeras que trabajaban en la sanidad hace treinta o cuarenta años apenas tenían a su disposición unos apósitos de calidad más allá de las sempiternas gasas esterilizadas pero la situación ha cambiado mucho desde entonces y en el mercado de la sanidad hay cientos de referencias y modelos de apósito para cada herida concreta.
Conocer esta oferta, saber diferenciar lo necesario de lo que no lo es, aprender las cualidades que aporta a la curación cada apósito y los pros y contras de su uso es fundamental para las enfermeras y para los estudiantes de Enfermería, que están formándose en este campo pero que, ni de lejos, van a ver todo el material que un hospital como el de la Plana tiene a disposición de sus profesionales de Enfermería.
La responsable de formación en este curso de reciclaje señala que, con todo, se ha realizado una gran reducción de las referencias en apósitos en los últimos años en aras al ahorro y la mejor gestión pasando de más de 100 referencias a algo más de 30 en la actualidad.
Alejandra Garcés, responsable de docencia del Departament de Salut de La Plana asegura que “lo más importante que debe tener en cuenta la enfermera es no caer en la creencia errónea de que hay un apósito para cada herida concreta o que todos los apósitos creados para tal o cual herida o úlcera van a funcionar siempre igual. Debe ser capaz de evaluar la situación, al paciente y el material de que dispone en ese momento para saber aplicar la mejor opción y mejorar la curación del paciente y eso es lo más importante”.
Los profesionales y estudiantes que han acudido al taller han podido repasar las características de las heridas y úlceras más frecuentes en un centro sanitario y que materiales hay que aplicar en cada caso para atajar un proceso de ulceración y mejorar la calidad de vida del paciente afectado. Gabriel Ferrándiz/COECS.