Hoy, 13 de junio, se celebra el Día mundial de Cáncer de piel. Aprovechando esta cita los dermatólogos del Grupo Nisa -del que forma parte el Hospital Rey Don Jaime de Castellón- han elaborado una guía con consejos para que los menores estén a salvo de las consecuencias negativas que provoca el exceso de sol sobre la piel.
Los expertos de este grupo hospitalario señalan como puntos imprescindibles a tener en cuenta:
La edad del bebé ya que un menor de menos de seis meses no debe ser expuesto al sol. Si va a la playa o a la piscina debe permanecer a cubierto, debajo de una sombrilla y preferiblemente vestido con ropita ligera de tejidos naturales como el algodón.
Además, los dermatólogos recuerdan que a partir de los seis meses se puede llevar al bebé a la playa y a la piscina y darse baños sin problemas.
De igual manera recuerdan que en el caso de bebés muy pequeños las cremas solares no son recomendables porque les pueden provocar irritaciones y alergias. Además, al llevarse las manos a la boca pueden ingerir el producto. En bebés son más adecuados los filtros físicos (camisetas, gorros, pañuelos, gafas, sombrillas, toldos… ) y toda aquella barrera que se interponga eficazmente entre los rayos ultravioleta y su delicada piel.
Desde Nisa recuerdan que existen prendas específicas que protegen la piel del bebé que, además, pueden usarse durante el baño, ya que secan rápidamente. Estas prendas son especialmente útiles en niños más mayorcitos que pasan mucho tiempo jugando en el agua.
Cuando se use crema solar hay que procurar que sea resistente al agua. Hay que extenderla una media hora antes de acudir al lugar soleado y renovar después de cada baño cada 2-3 horas, además señalan que es importante poner cuidado en aplicar la crema solar en las orejas, el cuello, la nariz y el empeine de los pies.
Un aspecto importante que suele olvidarse es la caducidad de estos productos de protección solar. Los dermatólogos aconsejan mirar la fecha de caducidad de las cremas solares porque también caducan. Una vez abierto en envase, el producto se oxida y el filtro va perdiendo eficacia, de manera que sobrepasada la fecha que pone en el envase es probable que la protección no sea tan eficaz. Si observas que los ingredientes están ‘separados’ (aceite por un lado y agua por otro), compactados o cuarteados desecha el producto.
Otro punto a considerar es la protección de los ojos. Se ha de tener en cuenta que el agua y la arena reflejan la radiación ultravioleta, de manera que es importante proteger la piel y los ojos del pequeño. Usa gafas con lentes homologadas, con filtros adecuados (no es lo mismo ir a la nieve que a la playa) y que cumplan la normativa vigente en la Unión Europea.
Los horarios son el otro aspecto fundamental para disfrutar del sol sin peligros. El niño no debe estar en la playa o piscina en las horas centrales del día (de 11.00 a 16.00 horas, aproximadamente) y se debe prestar atención no sólo a si está en sombra o no. Además, hay que tener en cuenta la temperatura. El mecanismo termorregulador de los bebés -la sudoración- no funciona aún correctamente, de manera que puede sufrir un golpe de calor sin que apenas nos demos cuenta. Refréscale con frecuencia y procura ponerlo a la sombra. G. Nisa.