LOS EXPERTOS ALARMAN ANTE EL INCREMENTO DE LOS SUICIDIOS Y PIDEN FORMACIÓN PARA EVITARLOS

La Universitat Jaume I de Castellón ha sido el lugar de reunión para decenas de expertos en Psicología, Medicina o Enfermería, entre otras profesiones relacionadas con la salud, para intercambiar experiencias y conocimientos sobre el suicidio y cómo evitarlo.

Cristina Giménez, directora de la Clínica Ipsic y responsable de las Primeras jornadas de Actualización Profesional en el Ámbito de la Salud Mental de la Universitat Jaume I, ha señalado que «es fundamental poder compartir conocimientos entre los profesionales de la Salud para poder dar una respuesta eficaz a aquellas personas que pasan un momento crítico y que acuden a nosotros en busca de ayuda. Una buena formación puede conseguir que reorienten su vida y que abandonen la ideación suicida».

Según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud el suicidio es la causa que hay detrás de un millón de muertes cada año en el mundo. Aunque nuestro país sigue estando lejos de las cifras de naciones como Francia, Rusia o Japón.

Rafael Ballester, Decano de Ciencias de la Salud de la Universitat Jaume I, ha destacado en su conferencia inaugural el alarmante crecimiento que el suicidio entre los más jóvenes. La OMS confirma sus palabras ya que el suicidio es actualmente la segunda causa en el grupo de población entre 10 a 24 años. «Los datos que manejamos actualmente son alarmantes -explica Ballester- ya que se ha incrementado enormemente la tasa de suicidios y en España especialmente. Aunque estamos lejos de las cifras de otros países europeos lo cierto es que han crecido mucho los suicidios y los intentos de suicidio y  sobre todo entre los más jóvenes, lo que debería avergonzarnos y hacernos reflexionar sobre cómo estamos abordando esta cuestión».

Al respeto, Ballester ha destacado la importancia de la prevención puesto que según la Organización Mundial de la Salud más del 60% de las personas que se suicidan tuvieron ideas previas a la acción del suicidio y las comunicaron de una forma u otra a los profesionales de la salud. Estar alerta desde las consultas de atención primaria es importantísimo ya que un alto porcentaje de las personas que han consumado el suicidio han pasado por la consulta previamente.

Por otro lado, realizó un repaso de los diferentes factores de riesgo: enfermedades mentales, antecedentes familiares, situación de paro, trastornos en los estados de ánimo, entre otros. «Hay que hacer caso de las señales y tratarlas como ahora los comportamientos autoagresivos, el cambios de hábitos en la comida y el dormir o la pérdida de ilusión”, ha señalado. Como factores protectores, Ballester ha destacado las habilidades sociales, el optimismo, el alta autoestima, la resiliencia, estar integrado en una red familiar, tener al cargo a otras personas, la participación social o vivir en pareja. Así mismo, ha citado cuatro intervenciones consideradas como eficaces: la restricción del acceso a métodos comunes de suicidio, la prevención de la depresión y la prevención del abuso de alcohol, formar a los profesionales de atención primaria y formar a los medios de comunicación.

El presidente de la Asociación para la Prevención del Suicidio, Javier Jiménez, ha manifestado que «el profesional no debe tener miedo a preguntarle al paciente si tiene intención de suicidarse. Esto no va a provocar una reacción negativa, al contrario, es probable que la persona con intenciones suicidas le cuente sus problemas y es importantísimo saber escucharle y orientarle para que modifique su conducta y abandone esas ideas», explica Jiménez.

El suicidio es un problema complejo, en el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales. Abordarlo con eficacia antes de que se produzca un desenlace fatal es una de las tareas que pueden desarrollar en primera línea las enfermeras.

Aunque hay un componente genético que puede predisponer más a las ideas suicidas lo cierto es que gran parte de las causas por las que una persona decide poner fin a su vida son externas y condicionadas por la falta de expectativas vitales, el ambiente socio-económico o, por ejemplo, el tipo de profesión que se tiene (en este punto cabe recordar que en el caso de las profesiones sanitarias, cercanas al dolor y al sufrimiento de los pacientes, las tasas de suicidio son más elevadas que en otros trabajos).

Rafael Mora, psiquiatra del Hospital Provincial de Castellón, ha destacado que «Casi un 90% de los casos de suicidios vienen asociados a una enfermedad mental, sobre todo depresión, pero eso no significa que todos los que sufren depresión, incluso los casos graves, se vayan a suicidar por lo que no podemos realizar una relación de causa-efecto entre enfermedad mental y suicidio. Hay otros componentes que intervienen en la decisión de quitarse la vida y pueden tener incluso causas genéticas y, por supuesto, ambientales y externas al sujeto», explica Mora.

La desesperación ante el futuro es, en muchos casos, una de las causas más detectadas por los expertos que atienden a pacientes con ideas suicidas. «La desesperación ante un presente nefasto y ante un futuro que se les presenta igual de nefasto hace que algunas personas decidan quitarse la vida para no seguir sufriendo ahora o en el futuro», explica Javier Jiménez.

Detectar el problema y saber reconducirlo  a tiempo de evitar una desgracia es fundamental y para ello nada mejor que formarse en jornadas como esta. La propia Organización Mundial de la Salud recuerda en su último informe sobre esta materia que “a nivel mundial, la prevención del suicidio es una necesidad que no se ha abordado de forma adecuada debido básicamente a la falta de sensibilización sobre la importancia de ese problema y al tabú que lo rodea e impide que se hable abiertamente de ello”. Gabriel Ferrándiz/COECS.

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