A través de un comunicado, los Hospital Vithas Nisa han señalado que, junto con la rotura de menisco, la del ligamento cruzado anterior (LCA) es una de las lesiones más comunes y temidas entre quienes practican deportes de impacto. Mientras un menisco roto puede ser una pesadilla, por el dolor que causa, la rotura del LCA frustra al deportista ya que su tibia pierde estabilidad y se produce la sensación de que “la rodilla se sale”, impidiendo la práctica de cualquier deporte que involucre a la pierna.
Futbol, esquí y balonmano se llevan la palma en lesiones de LCA. “Las mujeres las sufren en una proporción aproximada de tres frente a una con respecto a los hombres”, asegura el Dr. Pérez del Valle, traumatólogo en el Hospital Vithas Nisa 9 de Octubre y especialista en lesiones deportivas.
Anatomía de la mujer
La anatomía propia de la mujer es responsable en parte de las lesiones de rodilla y, de forma especial , de las rotura de LCA. “La cadera de las mujeres es más ancha, lo que produce un ángulo valgo, en forma de “X”, y es más frecuente que tengan recurvatum (hiperextensión de la rodilla), que unidos hacen que biomecánicamente tengan más predisposición a la lesión. Las mujeres realizan mayor extensión en la rodilla al recibir el impacto con el suelo, y tienden a flexionar más la articulación que los hombres”.
Desde un punto de vista anatómico, el espacio en la rodilla de la mujer para el ligamento es más estrecho, lo que también aumenta el riesgo de rotura.
En este sentido, afirma el Dr. Pérez del Valle, “trabajar los músculos isquiotibiales y realizar ejercicios de propiocepción que ayuden a controlar el equilibrio y coordinar ambos lados del cuerpo son fundamentales para evitar la lesión.”.
Musculatura
El hecho de que, por causas fisiológicas, la mujer tenga un tono muscular menor que el del hombre les obliga, siempre en aras de prevenir lesiones de rodilla como la de menisco o del LCA, a “fortalecer isquiotibiales y el músculo del glúteo medio por la función que ejercen estos músculos de mantener las rodillas en línea y corregir movimientos no deseables”
¿Cómo identificar una rotura del ligamento anterior cruzado?
Tras un traumatismo distorsivo de la rodilla, se produce un crujido con fallo de la rodilla y se un proceso inflamatorio con un hemartros (sangrado intraarticular que es frecuente tener que evacuar). Es la señal que caracteriza la rotura del LCA.
“La exploración en consulta tras esta lesión desvela un desplazamiento anterior de la tibia. En esta prueba, que se denomina prueba del cajón anterior, empujamos la tibia hacia nosotros con la rodilla flexionada para comprobar esa laxitud, que se compara a su vez con la respuesta a la exploración de la rodilla sana, aunque en el momento agudo de la lesión se produce un mecanismo de defensa del paciente por dolor que hace muy dificultosa una exploración”, aclara el Dr. Pérez del Valle.
En la mayoría de casos, sigue una marcada inestabilidad en la rodilla y la impresión de que “se sale”.
¿Qué tratamiento precisa?
En las lesiones meniscales, “si existe dolor mantenido que impide hacer su vida habitual o sensación de bloqueo y/o fallo de la rodilla es indicación de realizar cirugía artroscópica de la rodilla”.
En las lesiones del Ligamento Cruzado Anterior de la rodilla “ es siempre aconsejable la cirugía para volver a dar estabilidad a la rodilla y así evitar lesiones que se producen en otros estabilizadores secundarios de la rodilla (meniscos) y/o lesiones en el cartílago”
Después de una rotura del ligamento cruzado anterior
Junto con la rotura de menisco, la del ligamento cruzado anterior (LCA) es una de las lesiones más comunes y temidas entre quienes practican deportes de impacto. Mientras un menisco roto puede ser una pesadilla, por el dolor que causa, la rotura del LCA frustra al deportista ya que su tibia pierde estabilidad y se produce la sensación de que “la rodilla se sale”, impidiendo la práctica de cualquier deporte que involucre a la pierna. Si bien hay otros deportes cuya práctica encierra riesgo notable de ruptura del LCA –como el futbol, el esquí o el balonmano- el boom del running en los últimos años ha colocado este deporte también la lista top ten de prácticas susceptibles de lesión de rodilla.
El Dr. Pérez del Valle, traumatólogo especializado en lesiones deportivas del Hospital Vithas Nisa 9 de Octubre, da los siguientes consejos para reincorporarse al running tras una lesión del ligamento cruzado anterior:
1. A corto plazo, no intentar volver al rendimiento previo a la lesión. El proceso de recuperación tras una plastia de LCA son de 6-9 meses según el contacto e impacto de cada deporte. Se necesita una adaptación paulatina.
2. Sentido común en la readaptación. Además de los ligamentos, ha sufrido siempre daño el cartílago. Y en una articulación de carga se debe proteger. Uno de los síntomas de su afectación es el dolor. No esperes a que el dolor aparezca para parar; contrólate y para antes de que aparezca
3. Las pequeñas inflamaciones que se producen en la recuperación hay que tratarlas. El hielo sigue siendo uno de los antiinflamatorios y analgésicos tópicos más eficaces para contrarrestar inflamaciones. Vithas Nisa/COECS