LOS PEDIATRAS PIDEN MÁS ACTIVIDAD FÍSICA PARA COMBATIR LA CRECIENTE OBESIDAD INFANTIL

El Grupo de Actividad Física de la Asociación Española de Pediatría, de acuerdo con las recomendaciones institucionales y las pruebas científicas que maneja, ha querido recordar antes del inicio del curso escolar, que «la inactividad física supone un riesgo importante para la salud física y psíquica de cualquier persona. La práctica regular de ejercicio físico en niños y adolescentes ayuda en la prevención y tratamiento de la obesidad, enfermedades del corazón, alteraciones psicológicas, enfermedades de los huesos y algunos cánceres».

Según los pediatras «en el niño y adolescente, el ejercicio físico y la práctica de deportes favorece un desarrollo global óptimo, su integración, el fomento de valores positivos y la adquisición de estilos de vida saludables».

Para resumir las acciones más importantes que padres, profesores y profesionales de la salud deben tener en cuenta la AEP ha publicado un breve decálogo sobre la actividad física de niños y adolescentes. Los puntos a seguir son:

«Se recomienda la realización de actividad física moderada o vigorosa durante un mínimo de 60 minutos diarios, pudiendo repartirse en dos o más sesiones, en su mayor parte aeróbica e intercalando actividades vigorosas para el fortalecimiento muscular y óseo 3 veces por semana. La actividad física durante más de 60 minutos aporta beneficios adicionales para la salud», explican desde la AEP.

Otro de los consejos es decir «no al sedentarismo. Cualquier tipo de actividad cotidiana es mejor que la opción sedentaria. Camina, utiliza la bicicleta y sube por las escaleras. Asegura el tiempo de estudio y de aprendizaje. Limita el tiempo frente al televisor y otro aparatos electrónicos».

La diversión y juego deben ser otra constante en la infancia según los pediatras. «Son preferibles las actividades en grupo, divertidas y al aire libre», explican.

Todas las actividades deben estar debidamente supervisadas y realizarse con seguridad. «El entorno físico debe ser adecuado y sin peligros. Haz caso de las normas de seguridad para la práctica de deporte», añade el decálogo de la AEP.

Las diferencias de estado físico no deben ser una traba. «La actividad física adaptada a cada situación mejora globalmente el estado de salud y la evolución de los niños con enfermedad crónica y discapacidad», añade el decálogo.

Además, «la práctica de ejercicio físico debe ser un hábito saludable desde la infancia. Los hábitos se mantienen fácilmente con el tiempo y se echan de menos cuando faltan», explican los expertos en infancia.

El ejercicio, por otra parte, no debe ser una actividad menor dentro de las tareas del niño sino la actividad prioritaria. «Es fundamental incorporar el ejercicio físico entre las actividades diarias del hijo. Los padres deben aprovechar las actividades extraescolares e invertir en su salud», explican. Para lograr esto nada mejor que «dar ejemplo. Realizar ejercicio físico y planificar actividades en familia si se desea que los hijos sean activos a lo largo de su vida», añaden los pediatras.

En este proceso es importante no olvidar la hidratación. «Asegurar el aporte de líquidos, sobre todo cuando la actividades es intensa y el ambiente caluroso», recuerdan en el decálogo los miembros de la AEP. Y a esto añaden que la «alimentación variada y equilibrada es el pilar fundamental para la salud junto con la actividad física».

Los pediatras recuerdan la importancia de mantener una vida activa tanto en la infancia como en la edad adulta. «La persona que regularmente hace ejercicio físico vive más y mejor. La actividad física da salud y está al alcance de todos», explican. Gabriel Ferrándiz/COECS/AEP.

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