MEJORAN EL TRATAMIENTO CONTRA LA LEISHMANIASIS EN HUMANOS REDUCIENDO LA CANTIDAD DE FÁRMACOS

La Amphotericina B (AmB) es el principio activo del fármaco más efectivo que existe contra la leishmaniasis, una enfermedad que en el mundo occidental afecta principalmente a los perros, pero que en los países en vías de desarrollo afecta a más de 12 millones de personas, de las cuales más de 70.000 pierden la vida cada año.

El coste del tratamiento con AmB en las personas supera los 5.000 dólares por paciente, se trata de un tratamiento largo (sesiones de 2h diarias de inyecciones a lo largo de 21 días), los efectos secundarios son frecuentes y a menudo requieren la hospitalización del paciente.

Investigadores de la Universidad de Miami (Floria) y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) han desarrollado un método que permite reducir drásticamente la dosis utilizada del fármaco, ya que mejora su eficacia en un 83%, multiplica por 10 la capacidad del fármaco de atacar las células afectadas por el parásito que provoca la enfermedad, y reduce significativamente la toxicidad de este parásito. El método ha sido probado con éxito con ratones modelo de la leishmaniasis. La investigación se ha publicado en Journal of Infectious Diseases.

El complejo actúa por la acción de una nanopartícula, el PDD, una sustancia de unos 10 nanómetros de diámetro que se acopla al principio activo, la Amphotericina B, y lo guía selectivamente hacia las células que actúan como reservorio del parásito.

Los científicos han observado cómo una dosis del complejo con sólo un 17% de la dosis completa del fármaco mejora las lesiones en la piel en dos o tres días, mientras una dosis completa del fármaco habitual requiere más de 12 días para reducir las lesiones en la piel que provoca la enfermedad. Además, el complejo actúa como si fuera una vacuna terapéutica que activa el sistema inmunitario contra las células reservorio donde se aloja el parásito.

La nanopartícula, la sustancia PDD, ya ha sido utilizada en ensayos con personas para incrementar la respuesta del sistema inmunitario en otras enfermedades. Ahora se necesitan estudios clínicos con humanos para comprobar su seguridad como adyuvante en el tratamiento de la leishmaniasis. Si se confirmara la seguridad de la aplicación en humanos, se reduciría también drásticamente el coste del tratamiento, un elemento clave para reducir la mortalidad en los países en vías de desarrollo. Agencia Sinc.

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