Una urostomía es una derivación urinaria, realizada a través de una cirugía, que permite evacuar la orina fuera de la vejiga, adaptándose a las necesidades de cada persona. Surge tras padecer un cáncer de vejiga, el quinto más frecuente entre los hombres en países desarrollados, con aproximadamente 357.000 nuevos casos al año en todo el mundo. Las personas urostomizadas requieren de atención y de un tratamiento especializado que fomente su independencia y calidad de vida, ya que se enfrentan a una situación compleja que cambia su vida por completo. La atención especializada que reciben comienza antes de la operación, continúa en el posoperatorio y se extiende durante toda su vida. En esta situación, los cuidados enfermeros son fundamentales.
Para profesionalizar estos cuidados, un equipo multidisciplinario de expertos en enfermería urológica de distintas áreas asistenciales, con el aval del Consejo General de Enfermería, la Sociedad Española de Enfermería Experta en Estomaterapia, la Sociedad Española de Enfermería en Cirugía, la Asociación Española de Enfermería en Urología y la Asociación Nacional de Directivos de Enfermería (ANDE), ha desarrollado la Guía de Intervenciones Enfermeras en Urostomías. Una publicación que tiene por objetivo dar a conocer los cuidados de enfermería que requiere una persona urostomizada en las distintas fases de su recuperación. En ella, las enfermeras han querido unificar conceptos y establecer un método de trabajo basado en la evidencia científica para optimizar los recursos, realizar un cuidado eficaz y actual, promover el autocuidado y conseguir unos resultados de salud positivos en estos pacientes.
«Con esta guía podemos tener una mejor aproximación a la anatomía y funciones del aparato urinario, la evolución histórica y la descripción de las diferentes derivaciones urinarias, todos los cuidados de enfermería en función de la fase de la atención a los pacientes en la que nos encontremos, la aproximación a las posibles complicaciones y el abordaje de los cuidados para otros aspectos complementarios como son la nutrición, el ejercicio, la sexualidad o la integración laboral, entre otros», expone Tamara Domingo, enfermera del Instituto Español de Investigación Enfermera.
Intervenciones enfermeras en urostomías
Tal y como se desgrana en la guía, los cuidados de las personas urostomizadas no son lineales, las propias necesidades de las personas pueden cambiar estos cuidados con frecuencia, por ello, «se debe reflejar un plan de atención muy flexible, a la vez que integral«, se expone en el documento.
El apoyo y los cuidados enfermeros aporta seguridad y autonomía en los pacientes. «Cuando la persona logra tener un control efectivo del estoma mediante prácticas orientadas y aprendidas de manera independiente, puede presentar una mejor adaptación al cambio corporal, lo que genera seguridad suficiente para continuar con las actividades familiares y sociales que solían realizar», sigue el documento. La implantación de esta guía para el cuidado y manejo de la ostomía produce mejoras en los cuidados preoperatorios, el marcaje del estoma y en las complicaciones de la piel periestomal. «El personal sanitario, y en especial la enfermera experta debe comprender la repercusión que tiene el estoma en cada persona y ofrecer unos cuidados individualizados y de calidad, además de ofrecer una educación en cuidados prequirúrgicos y posquirúrgicos y posteriormente un seguimiento al alta para asegurar una mayor calidad de vida. Según el estudio de Yanfen Jin et al, señala que una atención continuada brindada por enfermeras estomaterapeutas es más eficaz para mejorar los resultados de salud en pacientes con estomas y confirma que la atención integrada basada en la evidencia con una base teórica puede ser más eficaz», expone la guía.
Proyecto
La citada guía está dirigida a todas las enfermeras, especialmente a las de nueva incorporación en los diferentes sistemas de salud del ámbito nacional. Se trata de un documento que, de forma exhaustiva aporta una versión novedosa y actualizada de la práctica clínica de los cuidados enfermeros en las personas urostomizada durante todo su proceso. Todo ello, «con alto rigor científico desarrollado a través de revisión bibliográfica y consulta de expertos», sigue la enfermera. En la primera fase de elaboración del documento se desarrolló «una búsqueda bibliográfica para asegurar la identificación de la evidencia disponible priorizando metanálisis, ensayos controlados aleatorios, revisiones Cochrane y otras guías de práctica clínica o revisiones sistemáticas», continúa.
Esta guía supone un recurso para estandarizar los cuidados enfermeros en el tratamiento de urostomías. Aplicar la evidencia científica enfermera y una metodología consolidada suponen herramientas de un gran impacto positivo tanto en pacientes como en los propios profesionales, demostrando «que contribuyen a una mejor calidad asistencial. Por tanto, este conjunto de intervenciones enfermeras, descritas en la guía, debe permitirnos evaluar nuestros cuidados para alcanzar la excelencia en nuestra práctica. Sin duda, en los últimos años estamos asistiendo a una gran transformación de nuestra profesión generando nuevo conocimiento y aportando elementos de mejora, cuestiones claves para un mayor desarrollo y crecimiento profesional», concluye Domingo. CGE