Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Southampton señala que el diagnóstico precoz de la enfermedad hepática evitaría complicaciones en el desarrollo de estas dolencias. Pruebas simples en medicina general podrían duplicar la tasa de diagnóstico en los pacientes que todavía no han mostrado síntomas.
Esta investigación ha sido publicada por la revista Plos One y tenía por objetivo identificar una enfermedad hepática no diagnosticada previamente en Atención Primaria utilizando una clínica especializada en hígado dirigida por una enfermera.
Las personas que participaron en las prácticas de intervención se sometieron a una evaluación hepática completo. Así, se les tomaron muestras sanguíneas y se midió la rigidez del hígado mediante el dispositivo de ultrasonido portátil FibroScan®402. Los resultados reflejaron que, de los 910 participantes atendidos en la clínica dirigida por una enfermera, casi la mitad sufrían algún tipo de enfermedad hepática.
El 4,8% tenían cirrosis probable, ascendían hasta el 15,5% los que sufrían tenían fibrosis progresiva y 24,2% padecían advertencias hepáticas. La conclusión fue que, una consulta de estas características dirigida por una enfermera, logró diagnosticar el doble de casos que en una atención médica habitual.