El pasado 7 de abril se conmemoró el Día Mundial de la Salud, un derecho básico y universal, pero que sigue sin llegar a todo el mundo. Precisamente, este año se celebra el 75 aniversario de la creación de la Organización Mundial de la Salud bajo el lema “Salud para todos”. Con motivo de este día, el Consejo General de Enfermería quiere recordar que a nivel mundial los sistemas sanitarios todavía se están recuperando de los efectos de la pandemia, incluido el nuestro, algo que no será posible si no se invierte en enfermeras.
Como ha señalado Florentino Pérez Raya, presidente del Consejo General de Enfermería, “España cuenta con unas de las mejores enfermeras del mundo. Unos profesionales que siempre lo han dado todo por los pacientes, antes, ahora y muy especialmente durante la pandemia, cuando se jugaron la vida para prestar su asistencia. Sin embargo, las demandas de las enfermeras han sido ignoradas por nuestros gobernantes durante años o han sido acalladas con promesas que luego incumplían de forma sostenida. Pero si queremos que nuestra Sanidad tenga futuro, es necesario ponerlas en marcha, porque, sin enfermeras no hay salud, y sin salud no hay futuro. Es necesario invertir en enfermeras y apostar por su desarrollo profesional, ya que esto supone mejorar la calidad de los cuidados a la población española”.
Por ello, desde el CGE se insiste en que es preciso aumentar la financiación pública destinada a Sanidad, garantizar la seguridad asistencial de los pacientes y ciudadanía con una dotación adecuada y suficiente de enfermeras en todos los servicios de salud, acabar con las agresiones a los profesionales, incluir a las enfermeras en el Grupo A, sin subgrupos, y avanzar en el desarrollo e implantación de las especialidades de enfermería.
Escasez de enfermeras
A nivel mundial la escasez de enfermeras es tan grave -dependiendo de los estudios se cifra en una horquilla de entre 13 y 30 millones de enfermeras de déficit-, que el Consejo Internacional de Enfermería (CIE) ha pedido que se trate como una emergencia de salud pública a nivel internacional, algo en lo que coincide el Consejo General de Enfermería.
“Sólo España necesita más de 95.000 enfermeras para llegar a los datos de nuestros vecinos, pues existe un déficit estructural en todo el sistema sanitario que pone en grave riesgo la seguridad de los pacientes en los centros sanitarios y sociosanitarios de nuestro país. El no disponer de unas plantillas suficientes de enfermeras y enfermeros que puedan ofrecer una atención y cuidados de calidad a los pacientes y al conjunto de la ciudadanía, conlleva una mayor probabilidad de riesgos, complicaciones, reingresos, efectos adversos, e incluso, fallecimientos, como constatan numerosos estudios científicos nacionales e internacionales publicados a lo largo de los últimos años”, ha destacado Pérez Raya.
Así, “el número de pacientes que tiene que atender cada enfermera o enfermero, tanto en los hospitales como en los centros de salud y centros sociosanitarios, duplica e, incluso, triplica las cifras recomendadas para poder garantizar la calidad y seguridad asistencial en todo momento”, detalla.
Toda esta situación, que el CGE lleva años denunciando, se ha visto exacerbada con la pandemia. Así, como recordaba el presidente de las 330.000 enfermeras españolas, “aunque haya muchos que quieran negarlo, nuestro sistema sanitario colapsó en los peores momentos del COVID-19. Y si ahora queremos reconstruirlo, aunque sólo sea para recuperar la atención previa a la pandemia, es imposible hacerlo sin contar con un número adecuado de enfermeras, pues invertir en estas profesionales es garantizar el bienestar y la salud de nuestra sociedad, siendo fundamental que las enfermeras/os participen de forma más activa en la toma de decisión en políticas de salud y en la gestión sanitaria de primer nivel”, ha concluido Pérez Raya. CGE