El primer Congreso Internacional sobre Violencia Obstétrica, que ha acogido el salón de actos de la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universitat Jaume, ha reivindicado cambios en la legislación y en la práctica sanitaria, así como en la reivindicación del término «violencia obstétrica» como garantía de respeto a los derechos de las mujeres. La cita ha contado con la participación de más de 300 personas de procedencia internacional, entre participantes presenciales y virtuales.
La vicerrectora de Promoción Lingüística e Igualdad en los últimos cuatro años, Pilar Safont; el director de la Unidad Predepartamental de Enfermería y coordinador del Grupo de Investigación en Enfermería, Víctor González, y la coordinadora de las investigaciones referentes a la violencia obstétrica y organizadora del congreso, Desirée Mena fueron los encargados de dar la bienvenida a esta cita.
La primera mesa redonda «Violencia obstétrica en el siglo XXI: política, profesión, sociedad y ciencia» ha destacado la urgente necesidad de actualizar la legislación y la práctica sanitaria. Mònica Àlvaro, diputada por Compromís en las Cortes Valencianas, ha defendido el uso de este término y ha repasado las diferentes iniciativas legislativas que se están impulsando en todo el mundo. «Hemos de conseguir que se legisle a nivel estatal. Aquello que no se nombra, no existe. Y no nombrar la violencia obstétrica en nuestras leyes la hará invisible a quienes la padecen», ha señalado.
En el ámbito profesional, Soledad Carreguí, matrona y supervisora del Servicio de Partos del Hospital Universitario de La Plana, propone reivindicar la parte «humana» del parto. «Venimos de un paradigma intervencionista y le restamos mucha importancia al aspecto fisiológico. Hay que caminar hacia un modelo más respetuoso y comunicativo con las mujeres». En este camino, reivindica los centros de nacimiento anexos a los hospitales, ya presentes en muchos lugares de Europa y en nuestro país con dos centros en Catalunya. «La Comunidad Valenciana podría ser pionera porque ya hay un presupuesto asignado para poner este centro en marcha en el Hospital de La Plana. Las Cortes votaron a favor de poner en marcha nuestra casa de nacimientos, y contó con el apoyo de todos los grupos políticos excepto VOX. Su implementación sería una vacuna muy importante para garantizar las buenas prácticas clínicas y afianzar el sistema sanitario público».
La intervención de Susana Fernández, presidenta de El Parto es Nuestro, reclama que se escuche a las mujeres y sus experiencias. «Si los cuestionarios se hacen nada más dar a luz con preguntas técnicas, no sirven para valorar la calidad de la atención ni su satisfacción. Con campañas como “La voz es nuestra” queremos reconocer y agradecer las buenas prácticas y reivindicar que se escuche nuestra voz». Y la mesa se ha completado con Purificación Heras, profesora de Antropología Social y directora de la Unidad de Diversidad (UMH), quien ha destacado que el modelo biomédico hegemónico ejerce un innegable control social e ideológico: «Es un reflejo de las relaciones sociales jerarquizadas, asimétricas y autoritarias, y legitimadas jurídicamente. La ciencia nunca es neutra ni universal, la práctica médica tal como la conocemos es una construcción cultural y, por tanto, es modificable. La evidencia científica más actualizada nos ha demostrado que es posible hacer las cosas de otra manera, e incluso antes de hacer algo a veces hay que plantearse si es mejor no hacer».
En la mesa redonda de la tarde, «Deconstruir para reconstruir», las profesionales Bea Lorente y Laia Pratcorona, ginecólogas; Lucía Pascual, pediatra; Elena Crespi Asensio, psicóloga, y Ruth Tirado, matrona, han compartido cómo, desde su experiencia, se vive un proceso de deconstrucción para volver a aprender en torno a la salud de la mujer para contribuir a erradicar el sesgo de género, en general, y la violencia obstétrica, en particular, en el sistema sanitario.
El congreso ha premiado además a Rocío Ramallo-Castillo, Isabel Corrales-Gutiérrez, Eva Domínguez-García y Antonio Zurita-Garrido como mejor comunicación oral: «La violencia obstétrica: estudio descriptivo sobre las percepciones de los profesionales que atienden partos desde un abordaje multidisciplinar» y a Laura Borrego-Cabezas, Celia Pérez-Real, Mª del Socorro Arnedillo-Sánchez como mejor póster con «Percepción de las matronas ante la violencia obstétrica».
La jornada ha incluido también un videoforo con el premiado documental interactivo Parir en el siglo XXI de Barret Cooperativa, así como la narrativa de creación del cartel del congreso, obra de la artista Sofía Costa. La imagen del cartel representa, en forma de metáfora visual, los sentimientos de las mujeres que han tenido una vivencia negativa de su parto. UJI