Los profesionales de Irenea, Instituto de Rehabilitación Neurológica del Hospital Vithas Valencia Consuelo, aseguran que es fundamental destacar el impacto significativo que el calor tiene en la salud de las personas con enfermedades o lesiones neurológicas, ya que esta relación puede exacerbar sus síntomas e incidir en la hipertermia o dificultad de regular su temperatura corporal, lo que aumentaría el riesgo de deshidratación.
El sistema termorregulador del cuerpo humano está meticulosamente diseñado para mantener la temperatura central en un rango estrecho y estable. Sin embargo, en determinadas circunstancias, como cambios abruptos en las temperaturas o en personas con dificultades para regular su temperatura corporal, este sistema puede ser desafiado y comprometido.
“Concretamente, las personas que han sufrido un daño cerebral o padecen una enfermedad neurológica son más susceptibles de sufrir hipertermia, una complicación que les impide regular correctamente la temperatura de su cuerpo y mantener un equilibrio hídrico adecuado. Por esta razón, se deben tomar precauciones adicionales durante los períodos de calor intenso, como sucede en verano, ya que la deshidratación puede provocar una mayor fatiga y debilidad, una disfunción cognitiva o un aumento de crisis epilépticas, entre otras complicaciones neurológicas”, señala la doctora Belén Moliner, directora médica de Irenea.
Y es que los cambios fisiológicos relacionados con la hipertermia pueden aumentar el riesgo de eventos cardiovasculares, incluidos los ictus. Por ello, en personas con problemas neurológicos y personas mayores, dos poblaciones que suelen tener este tipo de disfunción, es importante que cuenten siempre con una ingesta adecuada de líquidos.
“A nuestros pacientes neurológicos – señala la experta en neurorrehabilitación de Vithas – les recomendamos beber más de 1,5 litros de agua al día, incluir en su dieta alimentos hidratantes, como la fruta y la verdura y que amplíen la variedad de líquidos ingeridos, como tés fríos, zumos de frutas, leche e infusiones frías. Siempre teniendo en cuenta que deben hacerlo en pequeñas cantidades distribuidas a lo largo de las horas, en lugar de consumirlo de manera concentrada en un corto período de tiempo”.
Por último, desde Irenea señalan que es fundamental que las personas con enfermedades neurológicas reciban durante esta calurosa época del año un mayor apoyo de sus familiares, amigos y cuidadores, ya que es de vital importancia realizarles un seguimiento cercano para identificar cualquier complicación temprana y buscar atención médica, lo antes posible, si fuera necesario. Vithas