El CECOVA ha detallado a través de un comunicado que el pasado 23 de enero, representantes de los colegios de enfermeros/as, farmacéuticos/as, médicos/as y veterinarios/as de toda la Comunitat Valenciana acudieron a la conselleria de Sanitat a una reunión para abordar la situación planteada por el polémico borrador de Decreto de Alertas en Salud Pública.
Según explicaron desde el ente colegial autonómico, el encuentro con el subsecretario de Sanidad, Juan Ángel Poyatos y con la directora general de Salud Pública, Ana Mª García, se produjo tras hacer llegar a finales de noviembre a la propia consellera del ramo, Ana Barceló –que no pudo recibir a la delegación- una carta suscrita por los cuatro máximos responsables de los consejos autonómicos de estas profesiones expresando el «malestar» por los términos en los que estaba redactado este borrador.
En la misiva, además, los representantes profesionales exigían subsanar «de forma inmediata» la «discriminación» que suponía, según sus palabras, la remuneración recogida en este documento para las guardias localizadas de los/as trabajadores/as de estos colectivos con respecto al personal estatutario.
Reunión histórica
La conselleria se calificó «de histórica» y de «muy positiva» la reunión, por cuanto había logrado concitar por primera vez a todos los representantes colegiales de los profesionales vinculados con la salud pública y hacerlo en torno a una mesa con la propia conselleria.
Con todo, y a pesar del éxito de la reunión, según han explicado en la nota de prensa, el CECOVA comprobó con sorpresa que el pasado 6 de febrero se publicó en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana que este borrador de decreto lejos de paralizarse y de someterse a revisión, se había comenzado a tramitar.
El resto de colectivos representados en la reunión del pasado mes de enero, al igual que desde el CECOVA, han reconocido ahora su «indignación» por el paso dado por la conselleria y han anunciado acciones contra esta media.
Detalles del decreto
Desde el CECOVA han explicado que el futuro decreto, que regula cómo deben movilizarse y organizarse los/as empleados/as de los centros de salud pública en caso de una emergencia, establece unas remuneraciones para las guardias localizadas (aquellas que, pese a no ser presenciales, obligan al profesional a estar disponible y a encontrarse en un radio determinado) de 250 euros brutos por semana.
Esta cifra, según han detallado desde el CECOVA, supone el pago de alrededor de 1 euro por hora y es casi 10 veces menor que la propuesta que realizó en 2006 el ejecutivo autonómico que no salió adelante.
Los presidentes de estos cuatro consejos colegiales coincidieron ya en enero en reseñar que «13 años después, resulta curioso que la remuneración -lejos de actualizarse- se rebaje hasta llegar a lo ridículo y más aún que esta propuesta proceda de un equipo de gobierno que habitualmente considera que las actuaciones llevadas a cabo en aquella época precarizaban y debilitaban el sistema y a los profesionales de salud pública».
Décadas de reivindicación
Desde el CECOVA han recordado que el decreto se ha tramitado «después de décadas en la que estos/as profesionales hayan venido demostrando –a juicio de los colegios reseñados- su compromiso y profesionalidad al cubrir estas alertas con sus propios medios y sin percibir compensación alguna».
Según ha sentenciado el CECOVA han sido «años, en los que este colectivo ha atendido infinidad de emergencias de manera más voluntarista que protocolizada».
Carencias del borrador
El borrador, más allá de las condiciones económicas propuestas, «tiene además otras carencias evidentes», han explicado desde el CECOVA. Entre ellas destaca el hecho de que las horas dedicadas a las guardias localizadas no computan como tiempo trabajado, ni siquiera a efectos de descanso; se aboca al personal a atender alertas, en ocasiones, en áreas de trabajo ajenas a su zona habitual y por tanto desconocidas; no cubre toda la casuística de los eventos que requieren de una actuación urgente; tampoco aporta suficientes garantías para disponer de un equipo multidisciplinar cuando éste se requiera.
Esta regulación afecta a entre 700 y 800 empleados/as de centros de salud públicos en la Comunitat y estos/as profesionales «pese a velar por la salud de toda la población, son tratados de forma bien distinta de aquellos/as que sí realizan una actividad asistencial directa a las personas y cuyas guardias son asumidas con arreglo a su condición de personal estatutario», han explicado desde el CECOVA.
Labores de este colectivo
Desde los entes de representación de estas profesiones se han detallado los ámbitos y acciones concretas de estos/as profesionales con el objetivo de darles visibilidad:
- Los/as profesionales de la Enfermería participan en la prevención, vigilancia y control de enfermedades transmisibles (como es en el caso de las enfermedades de declaración obligatoria) aplicando los protocolos previstos, en brotes epidemiológicos y toxiinfecciones realizando el seguimiento del caso y control de contactos, en el ámbito comunitario y familiar (como pueden ser centros escolares, residencias de mayores, hostelería) aplicando medidas de aislamiento y vacunaciones pertinentes. Además, tienen un papel muy importante en la promoción de la salud a través de campañas de vacunación, educación sanitaria, atención sanitaria a las poblaciones vulnerables y de alto riesgo. Son una parte importante de los servicios de emergencia en caso de desastres. Del mismo modo, actúan en coordinación con otros/as profesionales sanitarios/as y con diferentes servicios de Primaria y Hospitalaria, como Medicina Preventiva.
- Los/as farmacéuticos/as llevan a cabo el control sanitario e inspecciones medioambientales en todos sus ámbitos como en el abastecimiento de agua de consumo humano, control de legionella, controles en lugares de ocio tales como campings o piscinas, controles de vectores (mosquito tigre), de emisiones atmosféricas y contaminantes, olas de calor, uso correcto de biocidas, entre otros. Intervienen y velan por la seguridad alimentaria en sectores alimentarios cuya materia prima no es de origen animal, así como en materiales en contacto con alimento. Su actuación ha sido de gran importancia en episodios tan importantes como es el caso de la presencia de melanina o la más reciente de salmonella en leches infantiles, los aditivos alimentarios contaminados, el aceite de orujo con presencia de hidrocarburos aromáticos, las dioxinas en productos de pastelería o las toxinfecciones alimentarias, entre otros.
- Los/as médicos/as son responsables de la vigilancia y control de las enfermedades transmisibles fuera del ámbito hospitalario, desde una meningitis en un colegio a una sospecha de Ébola en un aeropuerto, pasando por el control de las hepatitis, tuberculosis, legionelosis, enfermedad de las vacas locas, Zika, Dengue, paludismo o Chingunguña, entre otros. Incluye el control de los brotes infecciosos que afectan a colectividades (colegios, residencias de mayores…), identificando los posibles contactos familiares y laborales, y poniendo en marcha las medidas necesarias (aislamientos, vacunaciones, quimioprofilaxis…) para evitar su propagación al resto de la población. Asimismo, les compete el estudio de las personas afectadas por las toxiinfecciones alimentarias que pueden ocurrir en colegios, restaurantes u hoteles.
- Los/as veterinarios/as son los/as responsables de las inspecciones sanitarias en los mataderos, y en las actividades de obtención, transformación y manipulación de alimentos de origen animal, tales como industrias cárnicas, lonjas de pescado o centrales lecheras; participando también en otras tareas como el control sanitario de los centros de restauración colectiva, mercados centrales y ambulantes. Su trabajo ha sido fundamental en algunas crisis como las vacas locas, la contaminación de diferentes alimentos de origen animal por dioxinas o fipronilo, la retirada de productos alimenticios fraudulentos o en mal estado (carne de caballo sin control, jamones caducados, carne con clembuterol), así como en el estudio y control de diversos episodios de toxinfecciones alimentarias (botulismo, hepatitis A o salmonelosis, por ejemplo).
Según han matizado desde el CECOVA, la labor desempeñada por cada una de estas cuatro profesiones es «muy importante» y «acarrea una elevada responsabilidad». De hecho, han detallado que el concurso coordinado de todas ellas es fundamental para que la población valenciana pueda gozar de un estado de salud óptimo, al minimizar o controlar diversos factores causantes de enfermedades que pueden resultar de especial gravedad. CECOVA / COECS.