La denominada «epidemia bajo las sábanas», como se conoce a las lesiones o úlceras por presión (LPP), ha aumentado su incidencia en hogares y hospitales como consecuencia de la falta de recursos económicos en las familias y los ajustes presupuestarios de la Administración. La aparición de LPP está influida por la edad pero, especialmente, por el nivel de dependencia. Ante esta situación y con el objetivo de corregir malos hábitos respecto a las LPP en el entorno pediátrico y de neonatología, el equipo de autores/as Pablo García Molina, Marta Bargos Munárriz, María de los Ángeles Ferrera Fernández, Evelin Balaguer López, Isabel María Mora Morillo, José María Avilés Avilés, Carmen Rodríguez Dolz y José Antonio León Mangado ha publicado el documento titulado “Qué no hacer en lesiones por presión en pediatría- neonatología. Recomendaciones basadas en la evidencia”, de la serie de Documentos Técnicos Grupo Nacional para el Estudio y Asesoramiento en Úlceras por Presión y Heridas Crónicas (GNEAUPP).
Este publicación pone el énfasis en que los niños también pueden sufrir este tipo de lesiones cutáneas si se dan las condiciones necesarias, con el impacto que las mismas tienen a nivel epidemiológico, psicológico y socioeconómico. El documento se puede descargar bajo registro en el siguiente enlace. A pesar de que en anteriores décadas las lesiones por presión se han relacionado con la etapa adulta o la vejez, la población pediátrica también las padece, sobre todo si su estado de salud se altera y se incrementa el nivel de dependencia, según señala este trabajo, donde también se detalla que para facilitar que los resultados de las investigaciones lleguen a pie de cama, incubadora o cuna, “no es suficiente con la lectura aislada de artículos publicados. Es necesario el procesamiento de una gran cantidad de bibliografía científica y, en la mayoría de ocasiones, no todos cuentan con ese tiempo en su jornada laboral”.
El equipo de autores del estudio ha consensuado las recomendaciones del documento, basándose en criterios de evidencia científica y de su propia experiencia clínica y científica en el área. En la población pediátrica hay prácticas que no deberían realizarse, pero no hay estudios sólidos que lo hayan desaconsejado. En el documento hay una recomendación que hace referencia a “no utilizar productos sin homologar en la población pediátrica”, con una evidencia baja, pero a juicio de los autores “emerge con autoridad por la práctica clínica ante la selección cotidiana de materiales y por ello no se ha dudado en incluir”.
En 2013 vio la luz el proyecto “Compromiso por la Calidad de las Sociedades Científicas en España”, del Ministerio de Sanidad con el objetivo principal de disminuir la utilización de intervenciones sanitarias innecesarias, entendiendo por innecesarias aquellas que no han demostrado eficacia, tienen efectividad escasa o dudosa, no son coste-efectivas o no son prioritarias. Además, “tenían otros objetivos relacionados como evitar la iatrogenia derivada de cuidados innecesarios, disminuir la variabilidad en la práctica clínica, contribuir a difundir el compromiso de calidad y eficiencia de los cuidados y el uso adecuado de los recursos sanitarios. Es a raíz de estos objetivos cuando se diseñaron las primeras recomendaciones “no hacer” basadas en la evidencia científica”, según exponen los autores en la introducción de su publicación.
“Nuestra sociedad científica, involucrada en el cuidado de las personas con heridas o en riesgo de padecerlas, publicó en el año 2018 un primer documento técnico sobre “NO HACER en heridas crónicas”. Tal fue su acogida que, en 2020, se ha publicado la 2ª edición, revisada y ampliada, de dicho documento. Como todas las recomendaciones están dirigidas a la edad adulta y vejez, queremos ofrecer uno con el mismo formato y estilo, pero dirigido a los cuidados de la población pediátrica con LPP o riesgo de padecerlas”, continúan los autores.
Al igual que en los dos documentos anteriores, en éste dedicado a pediatría “la formulación de las indicaciones es en base a lo incorrecto, a lo que debe obviarse, a lo que no debe de hacerse…”. Las recomendaciones están escritas en un lenguaje directo y que busca ser claro y sin ambigüedades. Sin adornos literarios y basado en la evidencia científica más actual, revisada.
Los consejos recopilados en el citado documento son los primeros realizados en este formato en España dirigidos al cuidado de la población infantil con heridas o en riesgo de padecerlas. En la práctica clínica habitual, podemos observar que se aplican recomendaciones para pacientes adultos, cuando las necesidades de los niños son diferentes. A pesar de proporcionar cuidados en el manejo de pequeños con lesiones por presión o en riesgo, se siguen usando intervenciones no basadas en evidencias o basadas en la evidencia generada en el paciente adulto. En este documento se pueden leer algunas recomendaciones que intentan romper con este tipo de intervenciones. CECOVA