El Grupo de Investigación en Perinatología del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe) ha publicado un artículo en el que se identifica un nuevo clúster en los trastornos del espectro autista (TEA). Este estudio («Early Signs of Autism in Infants Whose Mothers Suffered from a Threatened Preterm Labour: A 30-Month Prospective Follow-Up Study», publicado en European Child & Adolescent Psychiatry) establece que los bebés nacidos tras una amenaza de parto prematuro tienen un mayor riesgo de padecer trastornos del espectro autista (TEA).
Estos hallazgos apoyan la necesidad de una evaluación rutinaria de los bebés nacidos tras APP y de la detección de los síntomas del impacto psicofisiológico de la APP en las madres
Desde la amenaza de parto prematuro hasta los 30 meses de edad
El estudio se ha realizado con un grupo de 111 parejas madre y bebé reclutadas en el momento del diagnóstico de la amenaza de parto prematuro y un grupo de control de 47 parejas de madre y bebé sanos para completar el seguimiento. Independientemente de que finalmente hubiera un parto prematuro, los bebés nacidos tras APP mostraron una mayor carga de síntomas autistas a los 30 meses de edad que los bebés sin APP, ha concluido el estudio.
Los bebés nacidos tras APP presentaban peores habilidades de comunicación y de resolución de problemas, menor sonrisa y risa y mayor reactividad vocal a los 6 meses. Se trata de factores que predicen una mayor carga de síntomas autistas a los 30 meses. Además, los niveles más altos de impacto psicofisiológico de la APP o síntomas de ansiedad en las madres diagnosticadas con APP también predijeron una mayor carga de síntomas autistas para los bebés a la edad de 30 meses.
Los autores han explicado que el estudio de esta población puede aportar información sobre los fundamentos fisiopatológicos de los TEA gracias a la identificación de este nuevo clúster. Son rasgos que presentan niños y niñas cuyas madres sufrieron una amenaza de parto prematuro durante el embarazo, incluso cuando el parto fue a término.
La doctora Ana García Blanco, autora de la investigación, asegura que «estos hallazgos nos van a permitir mejorar la prevención y la detección precoz para iniciar una intervención temprana cuando el diagnóstico no esté plenamente establecido». COECS / GVA.