La Unidad de Arritmias del Servicio de Cardiología del Hospital Clínico Universitario de Valencia ha implantado recientemente un desfibrilador totalmente subcutáneo (debajo de la piel) a un paciente con alteraciones graves del ritmo del corazón. Se trata del primer hospital que ha insertado este tipo de dispositivo en la Comunitat Valenciana.
El implante se ha realizado en el Hospital Clínico a un paciente joven que padeció una muerte súbita de la que fue afortunadamente reanimado. Tal y como explica el Dr. Ricardo Ruiz, Jefe de Sección del Servicio de Cardiología del Clínico «este paciente durante unos años llevó implantado un desfibrilador convencional, que se tuvo que retirar por un problema de rechazo. La afectación de las venas hizo imposible volver a implantar un sistema convencional, por lo que este sistema subcutáneo era la única alternativa en este caso».
Los desfibriladores convencionales son aparatos que detectan las arritmias y las tratan mediante una descarga eléctrica que consigue recuperar el ritmo del corazón. Los desfibriladores convencionales constan de un generador de energía eléctrica que se coloca en el paciente bajo la clavícula, mediante una incisión lateral próxima a la axila. El generador está conectado a un cable que ha de introducirse hasta el corazón a través de una vena.
Según indica el Dr. Ruiz, «en ocasiones, el acceso al corazón a través de las venas es imposible -por malformaciones, obstrucciones, etc- o muy difícil. En otras ocasiones, el paciente puede sufrir complicaciones, como rechazos o infecciones que afecten a los cables que llegan hasta el interior del corazón».
«El sistema que se ha implantado en el Hospital Clínico permite que todo el sistema, aparato y electrodo, se coloque debajo de la piel, sin ningún componente dentro del corazón o de las venas», explica. «Esta situación hace imposible que cualquier complicación (como una infección) afecte al corazón» añade el Dr. Ruiz. En España se han realizado ya algunos implantes de este tipo, pero no se había hecho hasta ahora en la Comunidad Valenciana.
A lo largo de los años se ha demostrado su eficacia en el tratamiento de alteraciones graves del ritmo de corazón que pueden causar la muerte súbita o repentina del paciente.
Intervención de menos de una hora
La intervención duró menos de una hora. Según explica el Dr. Ruiz «Se realiza una incisión bajo de la axila y se hace una bolsa debajo de la piel para alojar el generador. Después se hace pasar un electrodo por debajo de la piel hasta la punta del esternón y, desde allí, hacia arriba por la parte anterior del tórax. Al igual que los marcapasos o los desfibriladores implantables convencionales, la batería tiene una duración limitada, que se situa en torno a 5-6 años. Cuando se agota, se abre la bolsa subcutánea y se cambia el generador».
Los pacientes han de reunir una serie de requisitos para optar a este dispositivo, «en general pacientes que han padecido o tienen un elevado riesgo de padecer una arritmia grave que ponga en peligro su vida. Seleccionar el dispositivo subcutáneo depende de las condiciones individuales del paciente, y se basa fundamentalmente en que existan dificultades o contraindicaciones para acceder al corazón a través de las venas» indica el Dr. Ruiz. GVA.