La Federación de Diabéticos Españoles (FEDE) acaba de poner en marcha una campaña a nivel nacional para concienciar sobre las malas prácticas sanitarias y de formación de pacientes con diabetes que se están realizando en España, al recomendar la reutilización del material de inyección. Según un estudio del Consejo General de Enfermería, sólo tres comunidades autónomas dispensan en España el número de agujas suficientes a los pacientes diabéticos. De media, una persona con diabetes se pincha 2,2 veces al día, por lo que necesitarían unas 66 agujas al mes; pero la realidad es que suelen dispensarse tan sólo 54. Estos datos reflejan que, en España, la mayoría de los pacientes con esta patología reutilizan agujas.
Esta es una práctica, por desgracia, bastante extendida en nuestro país debido a que no está lo suficientemente perseguida por algunas administraciones públicas, a pesar de estar prohibida tanto por las autoridades sanitarias nacionales como internacionales, además de suponer un grave riesgo para la salud de los pacientes.
FEDE recuerda que las agujas son de un único uso, y que una vez utilizadas, pierden su esterilidad y sus puntas pueden deteriorarse. La punta de las agujas que se reúsan se vuelven frágiles y pueden romperse dentro de la piel. Además, no penetran tan fácilmente como una nueva y pueden causar dolor, sangrado y hematoma.
La lucha contra la reutilización de las agujas ha sido siempre una constante para la Federación de Diabéticos Españoles (FEDE). Y es que, a pesar de ser una práctica terminantemente prohibida tanto por autoridades sanitarias nacionales como internacionales, sigue existiendo, y que el Consejo General de Enfermería puso en evidencia en 2011, a través de su Estudio sobre Recursos Asistenciales del Sistema Nacional de Salud al Paciente Diabético. Se trata de algo inaceptable en pleno siglo XXI y que, además, pone en grave riesgo la salud de los pacientes. Precisamente por este motivo es por el que este mes FEDE presenta la Campaña Contra la Reutilización de Material de Inyección, cuyo objetivo es “combatir la reutilización de agujas, así como perseguir prácticas de este tipo, que promuevan recomendaciones lesivas para los derechos y para la salud de los pacientes”.
En el caso concreto de personas con diabetes, conviene no olvidar que diversos estudios demuestran que existe una relación entre la reutilización de las agujas y la aparición de lipodistrofias en el lugar de la inyección, lo que pone en evidencia
que los riesgos que tiene la reutilización de agujas son enormes, de ahí que estos materiales se deban emplear sólo una única vez. En el caso de las agujas de inyección, éstas pierden esterilidad y su punta puede deteriorarse tras su primer uso; a veces el daño no se percibe, pero se produce igualmente. De hecho, las puntas de las agujas que se usan más de una vez se vuelven frágiles y pueden llegar a romperse dentro de la piel. Además, una aguja que se reutiliza no penetra la piel con tanta facilidad y puede causar dolor, sangrado y hematoma.
Desde 1998 es efectiva en nuestro país la Directiva 93/42 del Consejo de Europa sobre productos sanitarios y sus accesorios. Esta directiva regula la fabricación, puesta en el mercado, control de riesgo, homologación y utilización clínica de los productos sanitarios, los cuales deben llevar la marca “CE”, que garantiza el cumplimiento de los requisitos de la Directiva Comunitaria. En el marco de esta regulación, y para facilitar la información de que no se reutilicen los productos sanitarios de un solo uso, se creó el símbolo “No Reutilizar”. Además, no debe olvidarse lo siguiente:
1. La reutilización de jeringas y agujas desechables de un solo uso representa para el paciente diabético un alto riesgo de infección.
2. La jeringa desechable y la aguja para un solo uso presentan el mínimo riesgo de transmisión por vía sanguínea de microorganismos patógenos.
3. La Organización Mundial de la Salud (OMS) desaconseja la reutilización y se reafirma en una política consistente en suministrar jeringas y agujas autodestruibles.
4. La dispensación de recipientes resistentes a los pinchazos para recoger y eliminar jeringas y agujas desechables usadas, así como otro material de inyección, reducen el riesgo de los propios pacientes y de su entorno, así como del público en general. FEDE.