Los españoles consumen de media 10 gramos de sal al día, duplicando así la cantidad recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien aconseja un máximo de 5 gramos diarios para mantener los valores de presión arterial en niveles aceptables (por debajo de 140/90 mmHg) y, en consecuencia, reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Hoy es el Día Nacional de la Hipertensión.
Y es que cerca del 80% del aporte diario procede de los alimentos procesados y preparados, tal y como alerta la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA).
El consumo de sal es necesario para el buen funcionamiento del organismo, ya que hidrata y regula los fluidos corporales, mantiene el pH de la sangre y ayuda tanto a transmitir impulsos nerviosos como a la relajación muscular.
Sin embargo, “la ingesta excesiva de sal y el reducido aporte de potasio características de la alimentación del mundo occidental han condicionado, junto a la obesidad y al sedentarismo, un aumento progresivo de la incidencia y prevalencia de la hipertensión arterial”, advierte la presidenta de la SEH-LELHA, la doctora Nieves Martell.
Con todo, la SEH-LELHA ha elaborado una doble guía informativa dirigida a profesionales de la salud y población en general con consejos sobre una ingesta adecuada. Las obras, disponibles en la página web de la Sociedad www. seh-lelha.org y el Club del Hipertenso han sido editadas con la colaboración de Chiesi.
Etiquetados engañosos
Por otro lado, los expertos advierten de que el 80% del aporte diario de sal proviene de las conservas y precocinados. Así, el otro 10% se agrega al cocinar o en la mesa y el resto es sodio natural de los alimentos y los medicamentos.
También se cree erróneamente que el jamón york tiene menos sal que el jamón serrano y el resto de embutidos o que los alimentos dulces, como las galletas, pastas y pasteles, no contienen sodio.
A esta lista se suman las sopas de sobre, así como las pastillas de caldo, los quesos curados o bebidas como el agua con gas y refrescos. “Una apuesta segura es elegir alimentos frescos frente a los transformados, mucho más ricos en sal, que a menudo utilizan como conservante”, ha explicado el presidente de la Fundación HTA, el doctor Francisco M. Adán Gil. ConSalud.