Enfermeras expertas reivindican su papel educador para potenciar las coberturas de la vacuna del herpes zóster en la población diana. Una vacuna reciente, que lleva administrándose desde el pasado año y que busca prevenir todos los problemas que conlleva esta enfermedad durante la fase aguda y posteriormente. Así se ha puesto de manifiesto en el webinar “La vacuna frente al herpes zóster, abordaje enfermero”, organizado por el Instituto Superior de Formación Sanitaria (ISFOS) y el Consejo General de Enfermería, con la colaboración de GSK.
Durante más de dos horas se ha analizado la situación actual de esta vacuna, cómo ha sido su implementación en las distintas comunidades autónomas y las posibles reticencias de la población a ponérsela. Y es que, según ellos mismos, existe cierta fatiga vacunal tras dos años intensos con la campaña del COVID-19.
El herpes zóster, también conocido popularmente como culebrilla, es una enfermedad causada por la reactivación del virus de la varicela. Se caracteriza por la aparición de un sarpullido y, aunque normalmente se da en el torso, también puede aparecer en el abdomen, en las piernas o en la cara. La incidencia en menores 50 años, en la actualidad, es de 235,7 por cada 100.0000 habitantes. Por otro lado, en el grupo de 80-84 años es de 877,1 por cada 100.000 habitantes.
“Venimos de tres años durísimos de pandemia en los que la palabra vacunación ha tenido un protagonismo absoluto en nuestra vida. Sabemos que las vacunas funcionan y nosotras como enfermeras y enfermeros no podemos permitir que la gente pierda la confianza en ellas. Fomentar la vacunación es una de nuestras tareas diarias y desde aquí ponemos el foco en esta nueva vacuna, imprescindible para evitar dolor y complicaciones de salud a una gran parte de la población”, destaca Pilar Fernández, directora de ISFOS.
Falta de conocimiento
En esta misma línea se muestra Lara García-Prieto, enfermera del Centro de Salud de Valdebernardo (Madrid), que ha resaltado que el problema es la falta de conocimiento científico de algunos grupos de población. “Creo que informándoles y, sobre todo, con la empatía y confianza que proyectamos las enfermeras, podemos revertir esta situación. Es cierto que el herpes zóster, por desgracia, es una enfermedad prevalente y con unas complicaciones muy visibles, porque muchas personas o lo han sufrido o tienen a alguien de su entorno. Pero hay otras enfermedades, como el neumococo, cuya vacuna ha costado mucho implantarla. Ahora, después de más de 10 años, ya son los pacientes los que vienen a pedírnosla, así que esperemos que con la del herpes zóster ocurra lo mismo. Ahora mismo, mucha gente no sabe que existe y no la solicita, pero tendrá que pasar su evolución”, recalcado García-Prieto.
Por su parte, Inmaculada García, directora asistencial enfermera Área Sur de la Consejería de Sanidad de Madrid, confía mucho en la población y ha asegurado que “la gente está mucho más sensibilizada con la vacunación desde el COVID-19”. “La pandemia nos ha dado una lección. Es verdad que tenemos un calendario muy amplio, que, a veces, se hace complejo, pero, en general, la población lo acepta bien porque, además, el herpes zóster es una enfermedad muy conocida”, puntualiza García.
Y para concienciar, convencer y hacer entender a la población de la efectividad de las vacunas, las enfermeras y enfermeros tienen un papel clave en las consultas. “La efectividad, en mayores de 50 años, se sitúa en torno a un 85% y en mayores de 65 años, de un 70%. Tenemos que informar a los pacientes y hacerles ver que es lo mejor para proteger su salud y para evitar complicaciones posteriores como la neuralgia posherpética”, explica Raúl Ayala, enfermero del Centro de Salud El Sardinero (Santander).
Asimismo, Inmaculada García apuesta por la captación activa de los pacientes siempre que sea posible. “En la consulta de enfermería tenemos la oportunidad de invitarles a ponerse la vacuna. En cuanto a la vacunación del herpes zóster, en la Comunidad de Madrid, hemos editado carteles e información dirigida a los profesionales, fundamentalmente, con el objetivo de potenciar las coberturas”, expresa.
En este sentido, la enfermera del centro de salud de Valdebernardo ha apostillado que “la vacunación desde hace muchos años es de las enfermeras”. “Sin duda, el médico nos tiene que apoyar porque la población también confía mucho en ellos, pero somos profesionales importantísimos en este ámbito. Somos quienes las administramos, quienes damos recomendaciones antes y después, hacemos el seguimiento, captación activa…”, subraya.
El herpes zóster es, actualmente, un problema que puede ocasionar dolor extremo a quien los sufre y puede incluso condicionar la vida personal, laboral y social. Actualmente, la vacunación es la gran aliada para frenar este problema y, tal y como se ha expuesto durante el webinar, las enfermeras son clave en este ámbito. “Hay estimaciones que apuntan a que lo padecerán 1 de cada 4 mujeres y 1 de cada 5 hombres entre 50 y 85 años, por lo que es imprescindible actuar y potenciar todas las medidas preventivas que existen en la actualidad”, concluye Pilar Fernández. ISFOS/CGE