José Antonio Forcada durante su visita a la sede del COECS.
Javier Castán. CASTELLÓN
El enfermero José Antonio Forcada (Castellón, 1959) es el presidente de la Asociación Nacional de Enfermería y Vacunas (ANENVAC). Cuenta con 40 años de experiencia trabajando en el ámbito de la Salud Pública. Durante su visita al Colegio Oficial de Enfermeros y Enfermeras de Castellón (COECS), este sanitario ha subrayado la importancia de crear conciencia sobre la potencial gravedad de la gripe y de conocer los mecanismos de protección disponibles.
−Ahora que los casos de gripe están al alza, ¿cómo de importante es la vacunación de cara a salvar vidas?
−Por estas fechas, la gripe siempre condiciona el sistema sanitario y su elevada incidencia provoca una sobrecarga asistencial. La vacunación es esencial porque con ella conseguimos que, en caso de infección, el cuadro sea mucho más leve y no requiera asistencia sanitaria la mayoría de las veces. La gripe no es una enfermedad banal ni mucho menos. Cada año, se producen en España entre 1500 y 6000 fallecimientos como consecuencia de complicaciones de esta infección. A nivel mundial, se contabilizan anualmente entre 500.000 y 600.000 muertes.
«Cada año, se producen en España entre 1500 y 6000 fallecimientos como consecuencia de complicaciones de esta infección»
−A la hora de concienciar a la población, ¿qué papel desempeña la Enfermería?
−Los profesionales sanitarios en general y, específicamente, las enfermeras somos esenciales en este sentido. Más que las campañas de comunicación, lo importante es que una enfermera o un médico recomiende al paciente que se vacune y que le explique por qué tiene que hacerlo. En más de un 70% de los casos, cuando una persona tiene dudas o no se lo plantea, acaba vacunándose si se lo recomienda un profesional. Lo primero que tenemos que conseguir es que esa enfermera o ese médico se crean que la vacuna es eficaz y den ejemplo.
−Por lo que comenta, parece que existe cierta reticencia a vacunarse dentro del colectivo sanitario.
−Las cifras anuales nos dicen que, en el mejor de los casos, se vacunan el 40% de los sanitarios, y más médicos que enfermeras. Y esto es porque falta información y concienciación. Estas personas están en contacto constante con pacientes y pueden transmitirles una gripe. Hace falta un esfuerzo importante de la administración, los colegios profesionales y las sociedades científicas para dar a conocer los riesgos de la gripe y los mecanismos de prevención con qué contamos.
−¿Por qué existen grupos demográficos considerados “de riesgo”?
−Para las personas incluidas estos grupos, la gripe puede descompensar sus enfermedades de base, complicar su patología y, en muchos casos, conducir a la hospitalización o a un número importante de fallecimientos. Por eso, no sabemos la cifra exacta de muertes. La gripe no es la causa directa del fallecimiento, pero es un condicionante. Las personas con más riesgo son los mayores de 65 años. Su sistema inmunitario se va debilitando. Además, muchos de ellos tienen patologías cardiocirculatorias, respiratorias, metabólicas, oncológicas, etc. Cuando se produce una infección gripal, se puede producir una descompensación de los cuadros y complicarlos.
«En más de un 70% de los casos, cuando una persona tiene dudas o no se lo plantea, acaba vacunándose si se lo recomienda un profesional»
−¿La vacunación es sólo para ellos, como suele pensarse?
La vacuna es buena para cualquier edad, para los que no quieren pasar la gripe, para los que están cuidando a personas de riesgo, etc. Hace un par de años también se introdujo la vacunación infantil. Esto es muy importante porque los niños son los principales afectados por gripe y los principales transmisores.
−Usted es presidente de ANENVAC. ¿Podría hablarnos de los fines de esta entidad?
−Se trata de una asociación de enfermeras de carácter nacional que suma unas 800 socias. Tenemos dos objetivos principales: formar al personal enfermero en vacunaciones (en general, no sólo de gripe) y transmitir esta educación a la población para que entiendan los riesgos de las enfermedades y los beneficios de las vacunas. Para ello, realizamos actividades formativas para las enfermeras y para el público general. Recientemente, ANENVAC también ha auspiciado la creación de la Alianza para la Vacunación del Adulto, que integra a cerca de una veintena de sociedades científicas médicas y enfermeras.
−¿Por qué hay que incidir en la vacunación de los adultos?
−Las vacunas infantiles registran tasas de cobertura muy alta, por encima del 90%. Luego, en la adolescencia empiezan a caer un poco, hasta el 80% u 85%. Al llegar a la adultez, las tasas son mucho más bajas. Esto demuestra que nos preocupamos mucho por la salud de nuestros hijos, pero mucho menos por la nuestra. No entendemos que disponemos de un arsenal importante para protegernos, tenemos vacunas que antes no existían, como la de la Covid-19, del herpes zóster o del virus respiratorio sincitial. Tenemos que educar a la población para que conozca esos mecanismos de protección. ¿Quién tiene que hacer eso? Principalmente, las enfermeras. Pero primero, nos lo tenemos que creer.