Hace tan sólo una semanas una enfermera villarrealense, Paula Mulet Miravet, experimentaba en primera persona aquello que desde Occidente calificamos de forma desacertada como «Tercer Mundo» (en realidad es el mismo en el que vivimos todos sólo que separado por las fronteras físicas y económicas). Ella y un nutrido equipo de profesionales sanitarios han realizado una importante tarea humanitaria en Burkina Faso, en pleno Sahel africano.
Con 26 años esta es su primera experiencia como enfermera cooperante. Paula, hasta el momento enfermera de medicina interna y unidad de infecciosos del Hospital General de Castellón, ha podido realizar este pequeño sueño con la ONG Amor en Acció, radicada en Burriana.
Hoy Comentamos ha querido entrevistarla para conocer su visión tras esta experiencia humanitaria.
HC: ¿Cómo conociste Amor en Acció y de que forma decidiste implicarte en su trabajo en África?.
PM: Siempre he tenido ganas de cooperar con un proyecto de ayuda humanitaria. Tenia curiosidad de conocer el Tercer Mundo y sobretodo África. Un compañero me habló de esta ONG y me puse en contacto con ellos vía Facebook. Les mandé un mensaje presentándome y explicando mis inquietudes. Me recibieron con los brazos abiertos, ahí es como empezó mi bonita aventura con estas magnificas personas.
HC: ¿Cúal es tu misión en Burkina Faso y las condiciones de trabajo?.
PM: Nos hospedábamos en el orfanato de la ONG Remar de Burkina Faso, Ouagadougou capital, en el barrio de Kosodo. Allí teníamos a nuestra disposición una pequeña clínica donde visitábamos a los mismos niños del orfanato, y como no a la gente del poblado. Dos veces a la semana hacíamos puertas abiertas a la disposición de todos los enfermos y necesitados. Era una pena pero muchos de ellos se quedaban sin visitar, pues la cola era infinita. Visitamos a una media de 250 personas, entre el equipo Pediatría y Medicina General.
HC: ¿Las patologías y los problemas sociales que has encontrado allí ¿te ha sorprendido o ya tenías previsto encontrarlo?.
PM: Predomina sobretodo la desnutrición y la deshidratación y ello conlleva anemias muy graves y crónicas. Hay que destacar que entre el 50 y el 70% de esta población tiene este problema y principalmente por una nutrición escasa y de poca calidad. No hay que olvidar que Burkina es uno de los países más pobres del mundo.
El paludismo es otra enfermedad con gran predominio ya que el causante es un mosquito Anopheles hembra. Esta enfermedad, que al contraerla puede ser mortal, se caracteriza por fiebres muy altas, cefalea, escalofríos, cansancio, vómitos… Y esto me recuerda que con 2.7 euros se puede salvar una vida con un tratamiento llamado Laritem. Desgraciadamente no existe vacuna, solo hay profilaxis para los viajeros, como el Malarone o la Doxiciclina -que sólo disminuye el risgo de cantraer la enfermedad-.
También existen impactantes úlceras de Buruli, tumores y hernias para operar.
He alucinado con el aguante del cuerpo humano, con los pocos recursos que tienen y lo valientes que son. Curábamos esas impactantes úlceras y apenas se quejaban de dolor, veías a los niños que no rechistaban por ir al médico. Te pueden hablar, enseñar fotos o vídeos del tercer mundo pero nunca te puedes hacer la idea de lo que es hasta que estas allí y lo sientes. Porque Burkina es realmente sorprendente. Es un país donde no tiene agua corriente, sistema de alcantarillado, por lo tanto la higiene escasa. Tampoco tienen luz, ni existe seguridad en las carreteras, presenciábamos varios de accidentes mortales de tráfico a diario. En los que poco podíamos hacer. Ver la miseria te hace mucho que reflexionar sobretodo en las necesidades que ellos tienen y en la que los del primer mundo nos hemos creado.
En este punto quiero aprovechar para comentar que la ONG Amor en Acció está poniendo en marcha el programa de «apadrina una operación», para así costear estas intervenciones y mejorar un poco la calidad de vida de estas pobres personas. Muy pronto estará anunciado en nuestra página web. www.amorenaccio.org.
HC: ¿Qué problemas de salud tiene la gente que tratas allí? ¿Y qué problemas tienen los profesionales de la salud para poder atenderlos adecuadamente?
Los recursos son escasos, la sanidad allí es privada y los farmacias alcanzan el mismo precio de mercado que en España. Así que la salud como tal existe sólo para los más privilegiados. La formación del personal sanitario no es tan amplia y todo suma…
6. ¿Crees que en España somos conscientes de lo que hay más allá del Sahara? ¿Qué hacemos todo lo posible por ayudar?.
Mucha gente ayuda y gracias a ellos existen las ONGs que luchan por un mundo mejor. Si todo el mundo pusiera su granito de arena conseguiríamos mover montañas. Sin duda se puede conseguir mucho si la gente se implica, aunque también existen impedimentos por el camino. Y no es necesario ir África para colaborar, porque desde aquí es donde se inicia el trabajo, las ideas y futuros proyectos. Actualmente la ONG también colabora con un proyecto de agricultura ecología. Solo tenemos que ser más humildes y no dar lo que nos sobra sino compartir lo que tenemos. Ser solidarios, repartir amor porque el cariño también cura.
HC: ¿Piensas regresar tras tu vuelta a España?.
¡Sin duda! Ya estoy pensando en volver a ver esas sonrisas que tanto llenan el alma.
HC: ¿Recomiendas la experiencia a otras enfermeras?.
Una enfermera allí aprende a gestionar el material, aprende a tratar con otro tipo de paciente, patología, cultura…. Una enfermera allí aprende y aprende continuamente. Lo recomiendo a todo el mundo, sin limite de edad o profesión. Porque todos tenemos mucho que aportar. Hay que se valiente y ver la realidad del mundo. Porque «nuestro mundo» nos es el real, en realidad esto te permite experimentar lo privilegiados que somos en esta vida y lo que tenemos. Este tipo de cosas te hace darle las gracias a la vida por haber nacido en esta sociedad. Gabriel Ferrándiz/COECS.
