En este estudio, el laboratorio Fazzari ha observado que la cantidad de la proteína Neuregulina 1 en las neuronas disminuye con el envejecimiento y que su falta en las neuronas envejecidas podría contribuir a la pérdida neuronal en accidentes cerebrovasculares o ictus. Este grupo de investigadores del CIPF ha señalado que esta proteína favorece la supervivencia neuronal y tiene efectos reguladores en genes implicados en la muerte celular. También han observado mediante ensayos in vivo (ratones con accidente cerebrovascular) que la Neuregulina 1 modula la respuesta de muerte celular y favorece la supervivencia de las neuronas en la zona del ictus.
Por otra parte, en los ensayos in vitro (neuronas crecidas en placa de cultivo) han descubierto que aumentando la cantidad de esta proteína, se inhibe la pérdida neuronal, se ralentiza la neurodegeneración y se favorece significativamente la supervivencia en la zona infartada. La regeneración neuronal en la periferia del área cerebral dañada a partir de las neuronas supervivientes es lenta debido a la limitada plasticidad de las neuronas adultas, lo que explica la lenta y escasa mejoría de muchos pacientes tras el infarto cerebral.
Envejecimiento y accidente cerebrovascular en España
El ictus es una de las enfermedades neurológicas más prevalentes y la principal causa de discapacidad en el adulto. Tras el infarto cerebral, la hipoxia (déficit de oxígeno) que ocurre en la zona isquémica del cerebro activa procesos biológicos que resultan en muerte celular y provocan la rápida pérdida de las neuronas en el núcleo de la zona infartada. Con el fin de mejorar la calidad de vida de las personas afectadas, disminuir la morbimortalidad y potenciar la formación e investigación la Conselleria de Sanidad Universal i Salud Pública ha actualizado recientemente el Plan de Atención al Ictus en la Comunitat Valenciana 2019-2023.
En España, el accidente cerebrovascular es la segunda causa de mortalidad y la primera causa de discapacidad en la población adulta. Afecta a 120.000 personas cada año y es particularmente frecuente en la tercera edad. Además del impacto personal, familiar y social, el ictus supone entre el 7% y el 10% del gasto sanitario en España. GVA Sanitat