Los enfermeros y el resto del personal sanitario tienen un contacto diario con sus pacientes. Su trabajo comporta ciertos riesgos ya que, a través de sus manos, van a tocar a personas con enfermedades infecciosas en algunos casos o pueden entrar en contacto con sustancias peligrosas como sangre y otros fluidos corporales.
Según la Organización Mundial de la Salud el contacto con las manos del personal de servicios sanitarios constituye aún uno de los principales vehículos de transmisión de infecciones en los centros hospitalarios. Esta organización internacional y los propios profesionales, a través de sus departamentos de medicina preventiva, destacan la importancia de educar a los profesionales de la salud en una correcta higiene de las manos, fundamental para conseguir unos hospitales mucho más seguros cada día.
En el Hospital Universitario Provincial de Castellón hemos asistido a una lección práctica de cómo se realiza una correcta higiene de manos. En primer lugar es imprescindible disponer de un punto con agua y jabón desinfectante o bien un contenedor de solución alcohólica (que es más eficaz si cabe que el jabón y que, además, es el elemento de higiene habitual en todas las habitaciones de pacientes y pasillos de los centros sanitarios).
La especialista en Medicina Preventiva Vicenta Rodrigo nos explica que es una maniobra muy sencilla pero muy eficaz que se inicia con el frotamiento de ambas palmas con abundante jabón y, posteriormente, de la parte anterior de las manos. Luego se actúa en los espacios interdigitales evitando que se pueda quedar alguna zona sin enjabonar. Posteriormente, los dedos, formando una cuña, se deben frotar sobre la palma de la mano para que el jabón penetre debajo de las uñas, que se deben llevar lo más cortas posible. Otra operación importante es la limpieza de los dedos pulgares. Por último el jabón se extiende a la parte anterior y posterior de las muñecas.
Rodrigo explica que «el uso de las soluciones alcohólicas de higiene es todavía más efectiva que el agua y jabón y, al contrario de los muchos piensan, es menos agresiva para la piel de las manos, que tolera mucho mejor este tipo de higiene. El agua y jabón debemos reservarlo para cuando encontramos restos en las manos o bien para cuando hemos entrado en contacto con fluidos corporales». Así pues el jabón y el agua deben usarse cuando hay suciedad visible en las manos o cuando se han manchado con fluidos corporales, o después de ir al baño. «En todas las demás ocasiones los productos de base alcohólica son la mejor opción», explica Rodrigo.
Una buena forma de visualizarlo y tenerlo en mente es descargarse el documento en formato Power Point elaborado por el Ministerio de Sanidad a tal efecto.
El aclarado se debe realizar dejando que el agua arrastre el jabón desde los dedos hacia atrás, cayendo por las muñecas para que los posibles restos que pudiesen quedar no se queden en la punta de los dedos. El secado, con papel desechable, se hará con una sola pasada por cada superficie húmeda y desechando el papel sin tocar la papelera con las manos.
Obvia añadir que durante la jornada de trabajo no se llevarán anillos u otros objetos en las manos que puedan ser un canal de transmisión para enfermedades infecciosas.
Esta maniobra de higiene de manos, tan sencilla como importante para evitar el contagio entre pacientes o del paciente al profesional sanitario, tan sólo se tarda en realizar unos 20 segundos y es exactamente igual con los desinfectantes basado en alcohol, que son los más habituales en las habitaciones y los que más se usan durante la jornada de trabajo de las enfermeras.
Evidentemente la limpieza de las manos que se realiza en un quirófano es todavía mucho más exhaustiva pero basta con aplicar a diario estas sencillas operaciones de lavado para que pacientes y personal sanitario puedan disfrutar de un espacio de trabajo más seguro. Gabriel Ferrándiz/COECS.
Comments are closed.