Diferentes organizaciones de madres, mujeres, familias y asociaciones de profesionales sanitarias y sociales se han concentrado en la puerta principal de las Corts Valencianes para protestar por la paralización del proyecto de construcción de una Casa de Partos anexa al Hospital Universitario de La Plana. Esta paralización sobrevenida, unilateral se ha producido sin la justificación que ha decidido el Consell actual, pese a que el proyecto ya disponía de una dotación presupuestaria y su construcción estaba prevista para este año 2024.
De ahí surge el malestar de los diversos colectivos que defienden el derecho a gozar de una salud sexual y reproductiva de calidad, como Mamare, El Parto es Nuestro, Amamanta, Mametes i Més, la Associació de Comares de la Comunitat Valenciana, el Consejo de Enfermería de la Comunidad Valenciana, Iniciativa para la Humanización de la Asistencia al Nacimiento y la Lactancia, el Colegio Oficial de Enfermería de Valencia, el Observatorio de Violencia Obstétrica, APILAM, la Coordinadora Feminista de Castelló, y Midwifery Unido Network, entre otras.
A pesar de la insistencia y de los firmes argumentos de las asociaciones de mujeres, el conseller de Sanidad, Marciano Gómez, ha rechazado el proyecto esgrimiendo la excusa de que hay proyectos prioritarios: “Es más importante conseguir que las colonoscopias se practiquen todas con sedación”. Un comentario que ha caído como jarro de agua fría entre todas las asociaciones que defienden la Casa de Partos.
Junto a la asistencia a las Corts Valencianes para presenciar el debate de la pregunta parlamentaria que formuló Mónica Álvaro del grupo Compromís sobre los motivos de la paralización del proyecto de construcción de una Casa de Partos anexa al Hospital Universitario de La Plana al Conseller de Sanitat de la Generalitat Valenciana, Mariano Gómez, todas estas organizaciones acaban de firmar una declaración en la que aclaran que la evidencia científica “muestra que las unidades obstétricas no hospitalarias como la planificada en Vila-real benefician a las mujeres con partos considerados de bajo riesgo”.
Un texto que concreta que estas unidades obstétricas “presentan mayor tasa de partos normales, menos partos instrumentados, menos cesáreas y mayor se satisfacción”. Una atención de excelencia que se logra con “asistencia de calidad, personalizada y humana, sin despreciar el apoyo tecnológico adecuado a cada proceso para sostener o incluso disminuir la tasa de morbimortalidad conseguida”.
Todas las organizaciones recuerdan que las casas de partos o centros de nacimiento “son unas instalaciones con un aspecto más parecido a un domicilio que a un hospital. Son centros independientes manejados por matronas, pero que trabajan en colaboración con los centros hospitalarios, donde transfieren a la mujer en el supuesto de que exista algún criterio que lo justifique”.
“El modelo de atención se basa en un enfoque más personalizado y continuado, además de considerar el parto como un proceso fisiológico, que no se tiene que medicalizar si no surge ninguna complicación. Así mismo, se entiende el parto como una experiencia de vida, emocional, social, cultural y espiritualmente significativa en la vida de la mujer. Es un cambio de paradigma, por el cual se pasa de considerar el parto como un acto siempre necesitado de medicalización, a tratarlo como un proceso vital, normal y saludable en la vida de las mujeres”, concluye el manifiesto a favor de la Casa de Partos. CECOVA
